lunes, 28 de abril de 2008

Un nuevo Papa - Móvil.

Un mal rato de teatro, en la casa del señor. Así de triste, fue el recuerdo que le quiso dar mi abuelo a mi abuela difunta un año atrás (tradiciones). Cuando muera, si el señor me quiere a su lado( lo dudo con lo que he rezado), y no tengo que estar demasiado apretado, que entienda, que yo por su casa haciendo de actor secundario, no pasaré. No pienso pagar ese peaje, sin saber si después encontraré una autopista, o un fin de camino.
La escena era muy peculiar dentro de la iglesia, parecía una función de esas de Navidad, que hacen los niños de cualquier colegio. Pero bien, la gente cree, hay gente que cree, hay algunos que creen, pero ya cada vez son menos. No pasábamos de una cincuentena de cristianos, poco entusiastas, con el sermón del ciervo de nuestro señor, con cejas de demonio o de pitón del desierto, que no sé que es peor. Escupiendo palabras, al más puro estilo Rajoy, no sé si más por el contenido o por lo que contenían. También había una señora de entrada edad, con cara de no haber conocido nunca el sexo, acompañando al cura de lado a lado del escenario, encendiéndole o apagándole según conviniera, los micrófonos, las luces o acercándole los tintos a tomar. Y por ultimo y no menos impresionante, un monaguillo, de tercera edad, no muy alineado de la azotea que hacía sonar unas campanillas, a la orden del cura, con cara de satisfacción mientras se tapaba la boca, cual niño travieso que hace ruido. No sé si porqué era fría o oscura, o porqué fundamentalmente estaba regentada por gente mayor, con poca ilusión o con la deuda aún encima de unos deberes que llevan toda su vida haciendo, pero según el gran enviado, aún no es suficiente; ni todo lo que han rezado, ni todo lo que se han arrodillado o ni tan solo, todo lo que han confesado y por desgracia se les acaba el tiempo para arreglar su billete hacía el cielo. Me pareció, que esta religión no han sabido modernizarse, más que comprando micrófonos y altavoces para escucharlos mejor, y ya saben; modernizarse o morir. Nos despidieron con la "murantea" mal cantada y peor actuada por el cura, con mucha facha (nunca mejor dicho) de circunstancia.
Y al llegar a casa sobre las dos, por televisión daban el gran premio de Catalunya de F1, había tanta gente al sol, eufórica con esos coches que pensé que la religión de la persona estaba cambiando, no sé... ¿ Si cambiando el papa – móvil?

viernes, 25 de abril de 2008

A mi hermano (seguna parte)

Felicidades.

Vuela alto,
Que ya estás en el aire,
Que la gravedad se quede atrás,
Y que tu persona no cambie,
Vuela alto,
Que ya estás en el aire,
Que el infinito es tu llegada,
Para esta dulce escapada.
Vuela alto,
Que ya estás en el aire,
Y que nada te extrañe,
Que eres mejor que nadie,
Vuela alto,
Que ya estás en el aire.

lunes, 21 de abril de 2008

El café y el fútbol.

El pasado sábado, como en muchos, teníamos partido con los chicos. Jugaban ellos por su puesto, yo ya no tengo ni edad, ni mucho menos tipo, según dicen, para correr. Pero la cuestión no es esa. En el descanso del partido por necesidades orinarías me acerqué al bar, a echar lo que mi cuerpo le sobraba en forma liquida. Y al salir, agustito, me cruce con una maquina de café. A media tarde, un cortado, sentado al sol, mirando fútbol, que más se puede pedir si eres hombre, ¿no? Aunque yo hubiera preferido hacer la siesta. Y allí solo, comprando café a preció barato, llegó mi reflexión. Seguramente por las circunstancias, no esta ni muy desarrollada ni es demasiado complicada. Pero es curiosa; creo que el café como lo conocemos la mayoría, en vaso pequeño y caliente, de color negro y con aroma, no en semilla, ni molido, ni mucho menos en planta, es como los futbolistas. Como se comprende este símil... pues de la forma más sencilla. Todos los futbolistas lo que hacen es jugar al fútbol, todos, mejor o peor, pero todos hacen lo mismo. Y en los dos extremos hay quien, gana tanto dinero como para descontarte, y quien incluso tiene que pagar. Con el café pasa igual, tu te tomarás uno en el bar el campo de tu pueblo, y la maquina, tan silenciosa y educada ella, te cobrará 50 céntimos, sirviéndote al instante. En cambió, te sientas en la terraza de cualquier bar, un poco bien situado, dentro de cualquier ciudad, y antes no ha venido el camarero con mal humor a pedirte nota, te ha traído el café y te ha cobrado tres o cuatro veces más te ha cogido sed, para pedir una agua, y eso si no es un bar de esos con nombre jamaicano, que allí el café va a precio de oro. Y en los dos lugares, solo, lo único que haces, es durante treinta segundos, o dos sorbos, tomarte un café. Quizás si será jamaicano o brasileño, tendrá más aroma o regate, más gusto o disparo o solo, nos harán creer que es más bueno que el resto, para que nos cueste mucho más.

miércoles, 16 de abril de 2008

Amor soñado.

Bésame despacio que la noche es corta. Que de esta luna nos echará el sol, al entrar por la ventana, como un despertador, cruel por despertarme y separarnos. Ven a rescatarme vestido con nada, con tu suave piel, con el calor de tu cuerpo, que mañana seré vieja. Entra en la cama que sin ti es fría y ancha como decía la canción. Bésame despacio para poder saborear tu dulce amor, guardándolo para el recuerdo. Tu olor se pega a las sabanas, les da el aroma que tanto añoro, vuélveme a besar y por favor, que sea despacio. No dejes de sonreír durante toda la noche, como lo hiciste la primera vez que de novios, hicimos un poema con tu cuerpo y el mío, en la habitación 52 de este bonito hotel. Háblame al oído, como quien canta una balada, para saber que aún soy tu amada. Que el amor se apodere de las horas, como si fuera el va i viene de las olas. Se mi faro en esta oscuridad, para hacerme olvidar mi soledad. Y bésame, bésame despacio. Que mañana al dejar de soñar solo serás nostalgia y melancolía, de esta triste anciana que vuelve a este hotel y a esta habitación, para recordar. Y mientras, esperaré con timidez volver contigo a la intimidad.

lunes, 14 de abril de 2008

Trajes Tristes.

Es mi cuerpo,
Un inmenso lugar,
Donde en silencio,
Puedo gritar,
Porque no entiendo,
La puerta cerrada,
Que me niegas,
Con solo tu mirada,
Estando a ciegas.
Historias que luego,
No me permiten olvidarte,
Pues tan solo no entiendo,
Cambiar donde besarte.
Tenía aún tenía,
Esperanza en la esperanza,
Que he perdido perdiendo,
El amor por desamor.
Y es que tu belleza era tan completa,
Tan llena, tan brillante y repleta,
Como mi frágil felicidad,
En un mundo de infelices,
Que tiene gusto a crueldad,
Mis recuerdos, visten trajes tristes.