viernes, 29 de abril de 2011

La culpa.




Imaginaros que sabéis, que soy: Ateo, inmoral, inhumano y egoísta. Normalmente tranquilo, aunque me desquicie con facilidad, entonces, me vuelvo un asesino sin corazón y falto de sentimientos.  Imaginaros, sino es demasiado imaginar, que hace más de 10 años que mi esposa desapareció. Me abandonó, conté en aquel momento. Imaginen, pues, de quién es la culpa de esa ausencia. Y aquí, en esta frase, encontraran la palabra clave: “culpa”.  El delito, o pecado, la falta, la infracción o el desliz, el yerro, fallo, o incumplimiento, no existe, si no existe la circunstancia. O nadie la conozca o los que sepan de ella, sean todos iguales. Si el hechor o hechores, carece de conciencia, remordimiento y ética, ¿Qué pasa? Nada. Ni en el momento, ni treinta años después. El mejor ejemplo, que conozco, es España. Millones de familias aún esperan saber algo que aquél: padre, abuelo, tío, primo o conocido, que una maldita noche lo vinieron a buscar diciendo a la madre, mujer o ser querido, que no tenia por qué temer. Y no fueron pocos los desaparecidos, ni los verdugos faltos de escrúpulos. Asesinos con indulto, garantizado por los de su misma calaña.       

miércoles, 27 de abril de 2011

Turismo.

La vida, a veces, es como hacer turismo por una gran ciudad desconocida. No conoces que te deparara el doblar la esquina. Quizás, sea una sorpresa agradable o no. Puedes, llevar, como todo gran turista, un mapa e intentar situarte a la vez que en la ciudad, en él. Igual que en la existencia. Aunque a menudo acabas perdiéndote por algún callejón solitario, normalmente sin saber como. De esos gris, con adoquines y poca luz. Como afecta un mal sentimiento al ánimo. Y cuando más procuras alejarte de él, recaes una y otra vez en el mismo, sin saber porqué ni por donde. Y en cada entrada, cruzada, te afliges más y más. Y por lo normal, anochece. La calle soledad podríamos nombrarla. Hasta que vencido por el miedo, decides pagar un taxi o un psicólogo y que te saquen de allí, lo más deprisa posible. Y vas a visitar museos, plazas, avenidas, teatros, y observas todo, igual que un niño como cuando descubre un mundo nuevo, de esos que en la infancia hay a millones. Procurando un nuevo viaje, una nueva vida.   

jueves, 21 de abril de 2011

¡¿En qué mundo vivimos?!



Ganó el Madrid. Qué más me da. No soy del Barça, y nunca, he tenido ningún tipo de cultura de fanatismo. Desconozco este sentimiento. A pesar que, hubiera preferido que no fuera así.
Lo vi. Estuve mirando el encuentro, todo, hasta el final. Bendita paciencia. Me gusta el fútbol, aunque no creo que sea demasiado entendido, al contrario que la mitad del mundo. La otra mitad son mujeres y homosexuales. De los machos seguidores, no hay uno, que no sepa más que el mismo entrenador. Todos juzgan, opina, critican, adoctrinan, incluso, a los demás. Instructores insoportables la mayoría. No pasó nada durante casi 115 minutos. Pocas ocasiones, poco juego y mucho tiempo perdido. El fútbol bonito, es bonito si se gana, si no, creo, es inútil. Eso le pasó ayer al barça, practico un fútbol inútil. Algo no útil, para conseguir la victoria, que es, a lo que se aspira en todos los deportes. El fútbol, aparte de un deporte es un juego, y como tal, me asombra, lo que cobran los jugadores y el cuerpo técnico. Como ya he dicho el partido no fue de lo más distraído, y durante el juego, pude recapacitar si esos chicos que tienen la fortuna de practicar este deporte mejor que tú o que yo, es razonable, inclusive sensato,  el dinero que se llevan cada año al bolsillo entre ficha y contratos de publicidad. Los analice, por su fisonomía, uno a uno. Dudo, sin querer generalizar, que ninguno de ellos, si no hubiera sido futbolista, tuviese tal fortuna, por meritos intelectuales. Con eso no quiero decir que sean tontos todos, pero algunos lo parecen. De los dos equipos. Pero en el Madrid, el coeficiente intelectual, parece inferior. Sino mirad a Marcelo o Ramos y sus comportamientos. En fin, que los tontos somos los de siempre, los que sentimos la crisis en nuestras propias carnes y a parte, nos deprimimos si nuestro equipo pierde la final o la semifinal o la liga y mientras ellos, se irán a vacacionar en cualquier paraíso (fiscal) olvidándose de los sufrimientos de la resta de mortales. ¿Dónde hemos llegado para tal descompensación?
Estoy seguro, que un buen medico, un buen físico, o cualquier buen bombero, por mencionar alguna profesión, cobra menos que Messi o Cristiano Ronaldo. ¡Qué vergüenza de mundo! Pero lo de siempre, lo distraídos que nos tienen a todos, de todo, no tiene precio.               

miércoles, 20 de abril de 2011

Con retraso.

Llevaba tres meses cavilando como hacerlo. No quería dejar ningún detalle al improviso. Todos lo cabos debían estar atados. Nada a la casualidad.
Se levantó temprano, se vistió elegante, desodorante, colonia, se peinó y salió por la puerta dejando el coche en el garaje. Hoy era día para andar. El sol brillaba alto, el cielo azul sin una nube, los pájaros volaban piolando de aquí para allá. La gente, parecía feliz. Él tenía un cometido, su quehacer. Siguió andando hasta salir del pueblo por la parte de arriba, prosiguió por el caminito de tierra del lado del río hasta llegar al punto exacto. Se sentó, espero que dieran las nueve, se tomó el tranquilizante y se tumbó en las vías, a esperar, que el tren le quitará le pesadumbre. Allí se durmió.
Al cabo de dos horas, despertó con las cervicales destrozadas y vivo. Volvió al pueblo, y le contaron que a las nueve, su vecino, se había arrojado al tren justo antes de entrar en la estación. Que si tenía pensado viajar hoy, tendría que dejarlo hasta mañana. Nada esencial, respondió él.               

martes, 19 de abril de 2011

La escena.

Triste. Como un reloj de pared, perdiendo las horas; con quejas. Hundido en la butaca. Con el televisor encendido y sin atención. Amargo de amargura. Sin querer poder o sin poder querer. Pretendiendo cambiar lo que siempre todo queda igual. Condicionado por la codicia, pongo el piso del revés. De arriba a bajo, lo cambio todo, de derecha a izquierda, todo. Nada queda como antes. Una transformación. Fuego nuevo. Pinto la pared, del color de la alegría. Abro ventanas, dejo, que entre el aire. La alteración se apodera de la atmosfera, debajo, la metamorfosis, lo hace de mí y mi estado. Cierro el televisor, pongo música. Me siento en el otomano con un libro en la mano.

De repente, oigo la cerradura. Sigo sentado, medio tumbado, en este nuevo descubrimiento. Más feliz, con más moral, animado incluso, pelado como una rata, pero satisfecho.

- ¿Qué ha pasado aquí? Pregunta ella, medio cabreada.

- Lo he cambiado todo, he innovado, necesitaba un cambio. Respondo, rotundo.

- ¿Sin consultarme? Pregunta un poco más cabreada ya.

- Sí. Es que no estabas. Llevas un mes fuera, ¿recuerdas? Irónico…

- Ahh!!! Y por eso no me habías dicho nada ¡claro! Ya estaba cabreada del todo.



Y en un instante, me di cuenta, que no era la decoración de mi hogar lo que tenía que haber cambiado, sino, la de mi vida. No era el decorado, era la escena.

viernes, 15 de abril de 2011

Recomendación musical del día (de hoy) 4.

Cualquiera puede ser Dios.


Era bizco. Por eso, siempre que tenía que meter la llave en el paño, cerraba un ojo, el desviado.  Sino, no había forma de acertar, por sereno que llegase. Las noches que venía borracho dormía en el rellano.  El día que encontraba un ligue, se pasaba el rato con el ojo guiñado. No para seducirla, eso le daba lo mismo, solo, por si en caso de encortar el clímax idóneo, poder acertar. Pues en más de una ocasión se había quedado con las ganas, de tanto intentarlo. Sufres de estrabismo, le contó una vez un medico. Soy bizco, concluyó el. Dios y ayuda le costó hallar una mujer para su vida. Y cuando lo hizo, se dio cuenta, que de lo que él padecía, según le contó su amor, era, de vista panorámica. Toda una suerte. Ella era invidente. Y ya saben, en la tierra de los ciegos el tuero es el rey. Imaginaros él, sólo, estrábico; Era dios.      

martes, 12 de abril de 2011

Significado.


Sentado en la terraza del bar de un amigo, me entusiasmaba la charla que tenían dos sordos. Su interrelación era una cháchara de lo más normal (para ellos). Fluida incluso. Discurría entre las señas y la barahúnda de sus voces.  Se sabía que se exaltaban porqué gesticulaban más y subía el tono.  En definitiva; se expresaban. Pero, ¿En qué idioma piensan los sordos de nacimiento? En castellano, en catalán, en inglés...  o en señas. Esa vocecita que en mí, se acciona al pensar: en el azul, la bicicleta, la silla, o una pierna, y la oigo en mi interior, en ellos, debe ser una imagen o un gesto. A saber.  ¿Cómo apreciar la poesía pues? O ¿las palabras? Me pregunté allí sentado. 
Pero tenedlo claro, lo hacen, como todos con todo, por su razón, motivo y significado.        

lunes, 11 de abril de 2011

Tu pezón es mío.

En el éxtasis del momento. Mientras el descontrol se apoderaba de cada instante y el delirio sexual se adueñaba de sus mentes, la empezó a morder. Con ganas, hiriendo. Sangre en la garganta. En la clavícula. Y al llegar al pezón, lo hizo con tanta pasión, que se lo tragó; para poder digerir el trance.

sábado, 9 de abril de 2011

amor.

Se le olvido hacerle el amor. 
Como quién olvida, que el amor para toda la vida, solo dura, lo tres primeros meses. 
A ella no.   

martes, 5 de abril de 2011

¡Maldito Facebook!


Uno se hace añoso y recuerda su paso por el colegio, como algo con más diversión de la que fue. Siempre, almacenamos en el recuerdo, las buenas historias. Las malas, son archivos que pocas veces, volvemos abrir.
Quien no recuerda las batas. Los partidos de futbol en el recreo. Los goles, alguna pelea, el tonto que a menudo acababa de árbitro y normalmente, golpeado por hacerlo mal, quizás a posta. Quién sabe si ahora debe ser sadomasoquista. Las copias. Los exámenes. Esa profesora jovencita, amable, guapa, que dejaba su regatera al descubierto, seguro, para distraer mi atención de la lección. Por su culpa, esa materia, la arrastré toda la vida. O la maestra vieja, qué con lo que más disfrutaba era, con los dictados, mientras se frotaba el potorro, en la esquina de su mesa. Del sueño de la primera hora. O el hambre al medio día. De la ilusión del viernes por la tarde. O la inútil clase de tutoría. De las ciencias, de los ríos, las fracciones, las mates, la gimnasia, perdón, la educación física, del mediodía. De los días de lluvia, con el paraguas y las botas de agua. Las niñas con el pelo mojado y enredado. Y las gotas en los cristales; empañados.  Los de sol, deseosos todos, de salir a correr. La extraña evolución de los pechos de las chicas. Y la curiosidad de las infinitas ganas de los pelos de joder a los chicos, empezando a brotar invariablemente por el bigote. De los amigos, como no. Y de los enemigos. Esos que con los años y  por suerte de las pocas coincidencias, casi ya no recordabas porqué eran tan opuestos a ti.
De repente, por culpa del progreso y de Mark Zuckerberg (creador de Facebook) te golpeas otra vez al abrir la página de Inicio, con las razones que ya de pequeño, te hacían diferente algún imbécil de tu clase. Y cuando antes, de chaval, algo no te parecía bien y se lo decías, teniendo incluso en algunas ocasiones que arreglarlo con las manos, lo hacías dejando de ser amigos, con alguno; para toda la vida (o casi). Ahora, en cambio, lo ignoras o dejas un comentario despectivo al respecto. Y en el modulo de “Amigos” sigue apareciendo allí, normalmente sonriendo y con la foto que a él le parece que ha salida más favorecido.
¿Por qué crecemos?  

Memonrándum.