lunes, 21 de octubre de 2013

La felicidad

La manzana se halla tumbada
En el jardín de la odisea.
Los enanos bailan solos
Movidos por los vientos.
La serpiente huye despavorida
Por el brotar de vida.
No hay hierba fresca, ni galantería foral,
Más bien, la vegetación escasea
Y la luz, es artificial.

Los Gnomos son dueños.
Actores de sueños. Propietarios
De instantes fugaces, eternos.
Todos. Sin ser concientes, ellos.
Pequeñas criaturas. Diminutos
Hombrecillos, que van de aquí para allá.
Cómo recogiendo quimeras.
Sin tiempo que perder.
Corretean entre árboles deshojados,
Cursos de ríos enjaulados,
Esquivando peceras vacías
Y pájaros volando en cuadros.

Descomponen el paraíso
Transformándolo en un desbarajuste.
Alterando el horizonte y el convivir:
Paisaje lunar donde pasear.
Mientras, sieguen revoloteando,
Igual que insectos en el fruto podrido,

Por la felicidad. 

Elliott Smith - Between The Bars (Subtitulado en Español)

martes, 8 de octubre de 2013

Mentira, todo es mentira



Media tarde. Me aburro. No sé en qué pensar. Esperaré a que llegue mi compañera para decirle que le he sido infiel. Que le he puesto los cuernos (desconozco porqué esa expresión) con una morena delgada. Por culpa del maldito pasado. Culpa de esa chica del turbante, esa niña de mi juventud que nunca, ya no es que ni siquiera quiso ser mi novia, si no que nunca me dejo tocarle su poco pecho. Y eso, me ha pesado toda la vida, porqué después, en seguida, llegó ella, con sus hermosos pechos, pero bastante más grandes que los de la chica esa, esos que nunca toqué. Y, seguramente, esa añoranza de lo que no conseguí me ha hecho tropezar con una morena que no tenía mucho de nada y nada de todo.

En el ocaso. Debo ensayar. Para conseguir que me crea. Que crea que realmente lo he hecho. Así podré descubrir su reacción. A su vez, desconozco cuanto aguantaré esta mentira. Soy un mal farsante. Se me ve la mentira por debajo de la nariz. Es como una brisa, una sonrisa, leve pero delatora. También mi carácter es fuerte y si lo primero que hace es meterse con mi madre ya la tendremos liada. Si la nombra me cabrearé. Debo seguir ensayando.

De noche. Llega ella, como casi siempre y con razón, cansada de trabajar. Los nervios me comen por dentro. Tanto lo he estado ensayando que casi me lo creo hasta yo. Por unos momentos me caigo mal. Mi moralidad no vale nada, estoy apunto de desmoronarme y pedirle perdón, llorando, por haber hecho algo que nunca hice. Hay que joderse que cabrones son los sentimientos. En fin, le pongo coraje y voy hacía delante.

-Me he acostado con una morena. Le digo.
-¡Hijo de puta! Contesta.


Ya la tenemos liada. ¿Cómo le explico ahora que era únicamente para distraerme?        

viernes, 4 de octubre de 2013

Cada Una De Tus Cosas




Refrito de "Alejarse"

Medio día. Hoy he comido de restaurante o mejor dicho de menú. Con la prensa, solo, y con esa tranquilidad que a veces busco, no para nada. Quizás, para sentir la sensación de falta de actividad a mí alrededor sin ser yo quién procuré instaurar un orden, a veces, casi imposible.

Media tarde. Intento recordar qué he comido que me está dando esta digestión tan pesada. Y después de recapacitarlo mucho, llego a la hipótesis, que no conclusión, de que han sido todas las noticias leídas, tan difíciles de tragar. Si pudiera, igual que con los alimentos, conseguir hacerme venir arcadas para vomitarlas todas, lo haría. Las dejaría perder retrete abajo. Pero no se puede, son más parecidas al frío. Que se mete adentro y cuesta dios y ayuda sacártelo. A veces, incluso, he tardado semanas en recuperarme. El frío, comparte síntomas con el miedo. Sin embargo, con agua caliente, se mejora mucho. El miedo es un mal compañero y el frío también. Si tuviera que elegir a uno no sabría con cual quedarme. Tanto me ha invadido uno como otro, y en ocasiones, sin razón aparente. Y acojona. Algunas madrugadas, después de ducharme, cuando el cristal aún está empañado por el vapor del agua, mientras me seco, me observo y me veo en él, con la boca llena de petróleo, entonces, me apresuro a pasar la mano para retornar ese vapor en gotas de agua y que el cristal vuelva a un reflejo correcto, decapitando la imagen. Sacándome esa idea de la cabeza. Y acojona, acojona el no saber porqué pasa, y acojona el saber que ocurre estando despierto, que no es un sueño. Pero me lavo los dientes, escupo la espumosidad de
la pasta de dientes como si fuera el petróleo, me impregno de desodorante y colonia y me voy desnudo al armario a empezar un nuevo día. Olvidando la imagen desagradable y sin querer saber el por qué.

Ocaso. No cenaré. Tengo aún todas las noticias atravesadas en el estómago. Me es imposible digerir a Rajoy y sus mentiras, a Aguirre y su mierda que le sale por la boca. A Gallardón y su forma de salvar vidas o destruirlas. A Montoro y su chulería pedante desafiando o retando a quien le cuestiona lo mal que lo hace todo. A de Guindos, a Mato, a Pastor o a cualquier otro, a Urdangarin a la Infanta, a el bigotes a todo ese sin fin de banqueros que a parte de engañar a millones de personas, la mayoría gente mayor, se retiran con jubilaciones millonarias, con toda la desvergüenza de los sinvergüenzas.

Media noche. Antes de dormirme, recuerdo esa conversación al despedirnos del día en que nos conocimos. Hay momentos que no se olvidan y sin duda, hay otros que olvidamos demasiado deprisa.
-           
-          Te estoy mirando el culo. Le dije.
-           Lo sé. Contesto.
-          Te lo digo porqué lo sepas. Insistí.
-          Te acabo de decir que lo sé.
-          Si pero así lo sabes más. Seguro te lo estoy mirando. Porqué sé que te gusta.
-          No me conoces de nada. Replicó.
-          Pero lo sé. Volví a insistir.
-          ¿Qué nos queda? Preguntó.
-          Todo o nada. Le grite.


Y se alejo.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Sin respuesta

De madrugada. Tenemos, no he acabado de descubrir nunca el  por qué, la mala costumbre de soñar. A menudo, extrañas vivencias que seguramente, nunca viviremos si no es en ese estado. Yo, los vivo con tal fuerza que no se alejan mucho a la realidad. Si es que la realidad es la realidad. A veces, me gusta más mi existencia mientras duermo que estando despierto ¿Será por eso que me gusta tanto dormir?  Hay madrugadas en los que es como si no acabará de despertar.

El otro día, desayunando con un amigo me contaba, con una actitud entre morbosa y preocupada, que llevaba más de dos semanas soñando que tenía relaciones sexuales con la madre de su pareja. Una mujer de cierta edad, que siempre según él, no estaba del todo mal. Me explicaba, que sufría una atracción similar a la gravedad o que para él era como un imán, supongo el polo negativo. Resulta que soñaba que ella llegaba para ver a su hija, no la encontraba y al cabo de poco ya estaban los dos, en el sofá, dándoselo todo. Nunca, ni de día o ni de noche, los pillaba su pareja esa que dormía tranquilamente a su lado, soñando en vete tú a saber qué. -¿Qué estás peleado con tu pareja?- pregunté yo, un poco a lo Freud. –No- responsó él, medio alterado. –Quizás sea ella quién sabe algo que tú no sepas- le dije. -¿Qué quieres decir? Me dijo preocupado.  –Y yo que sé- Le contesté acorralado por mis propias palabras, es que no aprendo. Y así lo dejamos.

Medio día. Mientras comía con mi mujer me imaginaba que llegaba su madre y ella no estaba. La casa, se me hacía pequeña y empezaba a creer que los dos no cabíamos. En fin, que cómo educación aún me queda un poco, me iba yo, a correr o corriendo. Mi mujer, me miró y me pregunto: -¿Te pasa algo? Tienes mala cara.


¡¿Qué puedo contestar?!