viernes, 2 de febrero de 2007

Recuerdos somos.

La realidad te golpe a menudo en la frente, te despierta de ese entre sueño con el que muchas veces, pasas los días, también nombrada rutina. Sin preguntarlo como un mensaje subliminal, llega a tus oídos una noticia que te hace temblar el corazón, alguien cercano o lejano que más da, se le escapa la vida de entre sus manos sin tener fuerza ni para agarrarla, solo la ilusión de ver a los cercanos un día más, es un empujón hacía la rutina que odiamos y necesitamos al mismo tiempo. Cuando estas horribles realidades me llegan, me dan para pensar, en mí, y en mí egoísmo puro, como la seda. La nostalgia se apodera de mis pensamientos, como un ladrón intento robar a la mente todos mis recuerdos felices, la música me acerca al lugar de donde parte la melancolía. Las lágrimas no cuentan, cuando son de dolor resbalan por la mejilla como un desahogo y caen perdiéndose en el suelo, pero no se llevan el dolor ni el sufrimiento, quizás por eso y por no tener dolor ni sufrimiento, hace tiempo que no lloró. Pero no voy a negar que hoy me emocionado al recordar escuchando Philadelphia del Boss, gracias a mi hermano y la Gemma, me he trasladado por unos segundos al pasado, al día de su boda, que recuerdos tan felices, tantas veces me parecen cortos al recordarlos, todo esto es lo que cuenta en mi vida, a pesar del día a día. Todos los esos días felices y será, como creo que le debe pasar a todos aquellos que la vida les resbala entre las manos lo que recordaré siempre, gracias a todos por darme este pasado, el presente y espero que el futuro.