miércoles, 27 de febrero de 2013

Los besos que no habitan


¿Donde mueren los besos que no hemos dado,
Cuando quedan en el vació de dos realidades?

Caen inertes en una fosa común.
Esquejes, enterrados muertos.
Con titulo: Oportunidades perdidas.
Según me cuentan los años, son:
Daños sin catéter, heridas mal curadas.
Cicatrices que jamás desaparecen.
Vástagos victimas de la duda.
En manos de un tiempo verdugo,
Sin compasión ni remordimiento.
Su inexistencia les da el peso perpetuo.
Su no vida les otorga una no muerte.
Y sin morir, consumen desde las entrañas.
Igual que arañas anidando angustias.
Pintando en el hormigón vidas mustias.
Damnificados del desaliento.
Patrañas de lo que jamás ocurrió.
Ni ocurrirá.   

miércoles, 20 de febrero de 2013

En sus brazos


Media tarde. Desconozco por qué, pero de repente me he acordado del tiempo que hace que no me confieso. Seguramente desde la primera (y única) comunión. No sé si es que ya no peco o que no necesito absolución. La curiosidad, como casi siempre, me puede y elijo dedicar el resto de tarde a ir a ver el cura, no vaya a ser que me pille la muerte y dios me deje por aquí como alma abandonada.

Empieza a oscurecer. Las iglesias desde siempre me han parecido un lugar tenebroso. Será porqué desde pequeño, al vivir en una familia no muy católica, las pocas veces que teníamos el deber de ir era para algún entierro. Y para un niño, ese portal de madera vieja, la humedad y el frío, el ambiente con poca luz, los curas y sus sotanas, sus voces profundas, pausadas, con la misma frecuencia durante toda la misa y los llantos que entristecen la atmósfera, tanto negro y la música ¿qué decir de la música? ya sea la señora con la guitarra o el coro al completo, no he oído nunca canciones más tristes y descorazonadas no es, un helado de vainilla con caramelo por encima. Pero en fin, con paso firme cruzo el tabú y entro con posado serio (tampoco entiendo el protocolo eclesiástico) hacía el confesionario. El banco de madera no es muy cómodo. Sentado pausadamente, espero que venga el cura para que me de el perdón.

Diez minutos después. Se acerca andando con toda la parsimonia con un libro bajo el brazo, supongo debe ser el nuevo testamento, estoy a punto de aconsejarle que hay un sinfín de literatura más que leer, pero me lo callo. Sin embargo, se me escapa una media sonrisa al imaginarme diciéndole: ¿Ha leído usted a bukowski? Pero con su “buenas tardes” tan solemne, me corta el rollo.

-          Dígame señor ¿En que ha pecado?
-          Pues no lo sé. Hace tanto que no me confieso que no recuerdo que es pecado.

Veinte minutos después. Cuando aún no había acabado de nombrar casi todo lo que para mi era o necesidad del ser humano o rutina diaria me quedé dormido, como casi siempre me pasaba en todos lo entierros, pero sin mi madre, para llevarme a casa en sus brazos. 

Loquillo - Paseo solo

lunes, 18 de febrero de 2013

Sin saliva ni perspectiva



Y me besas.
En la mejilla,
Sin anhelo de comisura.
Sin ansia ni gusto.
Igual que se odia a veces.
Como un tramite formal.
Me besas como por rutina
O por costumbre
Pesadumbre de días,
Aburrimiento de dos lustros.
Sin que sea ya, camino a la cumbre.
Y me besas,
Como besas a tus primos y amigos.
O como a un animal doméstico.
Únicamente como algo ético.
Me besas... 
Sin saliva, ni perspectiva. 

viernes, 8 de febrero de 2013

La confianza.


Estoy seguro que soy capaz de enamorarme de mil mujeres distintas. Y en cada ocasión, por un simple detalle. Pero aún estoy más seguro, que hay otras cien millones con las cuales no podría convivir más de un par de horas.

A veces, por su dulzura, a veces por su crueldad. A veces, por su delgadez, a veces por unos quilitos de más. A veces por su sonrisa, a veces por su enfado. A veces por su mirada, a veces por estar dormida. A veces por su dominación, a veces por su sumisión. A veces por lo que habla, a veces, por lo que calla. A veces, por la soledad, a veces, por la compañía. A veces, por su espontaneidad, a veces, por su precaución. A veces por sus palabras, a menudo por sus atributos. A veces por su melena, a veces por su rapada. A veces, por su brillo en los ojos, a veces, por la tristeza que esconden. A veces, por imposibles, a veces por fáciles. A veces, por atracción y otras por apatía. A veces, sólo por sexo, a veces, sólo por amor. A veces por su ropa de abrigo, a veces, por su falta de ella. A veces, por sus manos, a veces por lo que saben hacer con ellas. A veces, por sus pecas, a veces, por su surcos en la mejilla. A veces, por su blanca piel, a veces, por ese moreno dorado. A veces, por sus gafas de sol, a veces, por la luna. A veces, casi con todas, a veces, con casi ninguna.

Pero aunque me declaro ateo y lo soy, el catolicismo hace tanto que nos domina que la monogamia es un estado natural de esta sociedad moderna. Desconozco otra forma de vivir, quizás demasiado moralista, quizás demasiado confiado, pero claro ¿En que basar una relación si no es en eso? En la confianza.  


Si queréis saber porqué será clicar aquí!  

martes, 5 de febrero de 2013

Llueve mierda.


Llueve mierda sobre Manhattan.
Sin embargo tus dulces besos
Aún me matan, suavemente.

Excesos de estrellas
Quimeras.

Cae mierda desde arriba.
Se nos están cagando encima.
¡Corred!
¡Contened la respiración!
¡Cerrad la boca de una bocanada!
Hasta caer muertos.
Es infinita,
la dimensión de la cagada.

Deseos de porcelana.
Verdugos con sotana.

Ellos, chapotean en su mierda.
Sin conseguir nadar ni ahogarse en ella.
Mientras se nos encapota el horizonte.
Espeluznante desencuentro el que espera,
procuran enterrarnos sin haber muerto
Asesinando las posibilidades ulteriores.
Usurpándonos futuros mejores.

Corazones de skay.
Filantropía donde no hay.

Llueve.
llueve mierda a cantaros.
Pero en el refugio,
cuando somos dos.
Usamos el amor de subterfugio.
Nuevamente.

viernes, 1 de febrero de 2013

¿Dónde está la realidad?

La realidad.

Me gusta escribir. A veces, únicamente, por el hecho de inventar e imaginar historias, vidas, amores, que seguramente, nunca viviré. Segundos de mentira o de verdad, bailando en un rincón de mí despistada mente. Algunas veces busco un relato para vivir lo que a menudo, con este cuerpo no me atrevo. Y en otras ocasiones, son pasado. Sin embargo, como dicen, la realidad supera la ficción.
Estos últimos días, con tiempo escaso para evocar en lo que más intento avanzar y no consigo; mirar lo que está pasando y entenderlo, Deseaba, disponer de un rarito para llenar el vacío del blog y el propio. Concebir una idea e imaginar todo su transcurrir, meciéndola cómo un cantó en mí interior, para igual que un susurro, transcribirla y crear un post nuevo, de no sé qué, con un final feliz o no, con una mujer o dos o tres. A mi lado o, huyendo de él. O quizás, de pelearme como casi cada día, con mí conciencia tan testaruda siempre ella. Intentado convencerla, de que es martes, mientras ella sigue en sus trece (desconozco porqué ese número) de que es miércoles. Gritándole en silencio que yo soy la parte conciente y ella el subconsciente, entre tanto y sin saber porqué me visto cuando lo que debería estar haciendo, sería, meterme en la cama.
Pero en fin, en cada ocasión en que abría un periódico o el televisor, observaba como se apagaba el enredo que yo quería compartir debajo de esta gran duda que me acecha: ¿Dónde esta la realidad? I le siguen; ¿Es posible todo lo que cuentan? ¿Del presidente del gobierno? ¿Del yerno del Rey? ¿Del hijo del ex presidente de la Generalitat? ¿Del padre del presidente de la Generalitat? ¿Del esfuerzo que nos piden a los votos? Por qué somos solo eso: Votos. ¿Del silencio de todos ellos? ¿De lo miserable que es todo y sobre todo, son todos? ¿De las mentiras? O ¿De cómo se escudan los unos con los otros? Quizás, en eso, buscando dónde esta la realidad, porqué lo que estamos viviendo parece una película mala de gángsters de pacotilla, he perdido estos últimos días la alegría para publicar. Si alguien la encuentra, a la realidad me refiero, que me indique el camino para llegar hasta ella, por favor.        

Beth Hart - Bang Bang Boom Boom Official Video