domingo, 29 de junio de 2008

Sueños eternos.

Desprecio el tiempo ese, en el que reina tu ausencia. Sentido esquivo me trae la soledad, hacía la noche estelar. La risa se escapa de mi rostro, como un fugitivo entristecido. Vagabundeo por los recuerdos, ricos de ayer. Lloro solo la falta de amor, sin dolor físico y sin poder conmigo. Aprecio la melancolía que me acerca a ti, sin ti. Sueño en soledad que me vienes a salvar, con solo tu compañía. Las palabras sobran, y los silencios son eternos. El frío domina mi hogar, aún en verano. Tardé tanto en encontrarte, y tan poco en echarte de menos. Que mis sentidos indagan por la nostalgia, cuando estoy en la cama. Gusto amargo en el pastel de tu cumpleaños. Las canas abundan al mismo ritmo que la extrañeza. Prendido a un recuerdo dolorido, de tu persona ansiada. El infierno subió, en el mismo momento, que usted huyo, hacía el cielo azul.

lunes, 23 de junio de 2008

La seda, no arregla.

Me despertado sudado y no por el calor. Al levantarme y hacer los pasos hacía la ducha e intentado recordar con que había soñado. Pero solo debajo del agua caliente me han venido flashes de ese extraño encuentro con el pasado. Mi subconsciente me había llevado a volver encontrarme con una ex pareja, he revivido lo que ella cortó por lo sano. Mejor dicho, he vivido algo nuevo, con la misma persona. El infierno cruel de esos últimos días se ha convertido en un edén de sueño, como si se hubiera sobrepuesto, a ese triste final para continuar de forma diferente, renovada, y que los dos encortáramos uniones donde antes había desuniones. Para seguir esa relación caducada a causa de nuestra forma de ser. O como si no hubiera caducado y pareciendo, que siempre hubiese sido diferente. Eso me quería hacer creer mi mente engañándome, desdibujando mi pasado, para poder apostar por este presente, con ella. Ella, la misma que me dejó por no sé qué razón. Y justo, cuando nos íbamos a besar de nuevo (en el sueño, por supuesto) algo que no consigo recordar nos izo hacer alejar como siempre hacíamos. Los niervos se han apoderado de mi cuerpo, la sangre me hervía, joder que mala leche me ha cogido. ¡Lo recuerdo! Al acercarme a su boca, unos pelos húmedos, fornidos encima del labio me han tocado los míos y al volver a mirarla, he visto la cara de Rajoy, haciendo el gesto como si intentara besarme, justo en ese momento me ha entrado un sudor extraño y por suerte, el despertador me ha sacado de esa pesadilla, sino no se que hubiera pasado. El 16 congreso de PP, me ha afectado hasta en los sueños, esa renovación, ese viaje hacía el centro olvidando la extrema derecha, se ha introducido en mi cabeza hasta el punto de hacerme creer, que yo podría hacer igual con mi ex, pero tengo razones en los dos casos, para creer que la mona (Rajoy en este caso), por mucho que se vista de seda, mona se queda. Y la seda, hay cosas que no arregla.

lunes, 16 de junio de 2008

Sorpresa a ultima hora.

A veces, la realidad es tan dura que asusta. Ver como se incendian los sentimientos, es como observar un meteorito entrar en órbita, que arde al contacto con el aire. Cuando las palabras queman hacen ceniza los sentimientos. Observé como quien observa un partido de tenis, una lluvia de meteoritos en forma de palabras. La verdad, es que no hubo ganador, pero sí un perdedor. Si la vida son pequeños recuerdos, hay alguien que se perderá uno de los días más importantes en la vida de su propia hija, sin poder guardarlo en la memoria. Las razones, después de un intercambio de golpes al más puro estilo Nadal Federer, aún no las comprendo, alegaba estar dolido (básicamente), pero no es extraño en mi, ya que tampoco comprendo a dios. No creo que el presunto dolido, haya recapacitado demasiado en los últimos (que sepa yo) 5 años. Pues mientras crecía este inmenso dolor en su interior, no le preocupaba tan siquiera si sus propios hijos comían, estaban bien o tan solo vivos. Parecía que no les echaba de menos ni de más, aunque eso si, todos los cumpleaños, los llamaba y les felicitaba, recordándoles lo mucho que los quería, que rima con hipocresía. Pero no quiero dudar del dolor de otros, que les duele tanto que parece que hasta les gusta. Y sin más, finalizó el partido, siguiendo equivocado él como siempre, siguiendo resignada ella, como siempre también, pero sabiendo que a veces la realidad es tan dura que asusta o relaja. Y se fue, por donde había venido, por el mismo camino, hacía el mismo lugar. Y yo, pobre de mí, que creía que venía a traernos el regalo. Seguramente me hubiera sorprendido aún más. Mi suegro, no viene a mi boda, me da igual y espero que a ti también. Y la única forma de llegar a entenderlo, es creyendo que le gusta el dolor, ese que dice que tiene, que no se ve, que no demuestra, que no hace olor, ni herida, ni sangra, ni por suerte se parece al nuestro.

lunes, 9 de junio de 2008

Para colombia.

Digo que no lo hago,
Pero como un parto,
De crueles sentimientos,
Mis pensamientos,
No dejan de hablar de ti,
Nunca comprendí,
Como intentar echarte en el olvido,
Si sólo mi amor se va contigo,
Cuánto dolor incomprendido,
Perdido si no estás conmigo,
Que salga el sol un día más,
Pues me he jurado que jamás,
La herida sanará,
Si tú, no estás.

miércoles, 4 de junio de 2008

La eternidad.

Confieso que de pequeño al ver películas de esas románticas con final trágico, cuando él siempre por salvarle la vida a ella, regala la suya a la muerte, de la forma más cómica, no entendía la frase que dejaban en el aire; Te querer para toda la eternidad. Bien lo que no llegaba a comprender era eso de la eternidad. No sé porque, me imaginaba una vieja, vestida de luto, de tamaño gigantesco, con el pelo canoso y un moño, eso para mí era la señora eternidad. Como si guardase su amor en aquellos bolsillos, gastado y vueltos a bordar, acompañados con un pañuelo también de color del luto. Quién se imaginaba, se imagina donde iba aparar el amante difunto. Pero con los años descubrir que la eternidad no es un ser, ni un lugar, ni una canción, ni un destino. Sino el espacio vació en mi mente, en la carpeta de los recuerdos, que vais rellenando de forma hermosa, como lo hicisteis el sábado. Eso para mí es la eternidad, finita. Gracias para llenar mi eternidad con recuerdos inolvidables, nostálgicos ya en el momento de vivirlos. Porque sin vosotros ese espació estaría tan vació como mí persona.