lunes, 29 de noviembre de 2010

jueves, 25 de noviembre de 2010

Soy tuyo.

Una melena rubia ondulaba al viento. Era mía. Volvía a ser mujer. Supuse, que debía estar soñando. Me dejé llevar.

Vestía con una falda estampada, un top rojo en el que se permitía un estupendo canalillo. Calzaba, unas chanclas y un turbante obligaba a mí pelo a volar hacía atrás. Debía ser verano. Andaba al lado del mar. Deba la mano a un hombre. Paseábamos como lo hacen los enamorados. Casi sin decirnos nada. Y al mirarlo me dí cuenta que el hombre también era yo. O por lo menos, era alguien con mi físico. Intente conversar para descubrir si lo era realmente o no. De normal hablo poco, en esa ocasión no dije nada. Solo era como una sombra en tres dimensiones y color.  Así, no podía saber si era o no yo.

Desde mí cuerpo de mujer, maquiné diferentes opciones para descubrir si verdaderamente lo era. Pregunté si veríamos el Tour esa tarde. No hubo respuesta. Si nos bañaríamos en la playa al anochecer. Tampoco. A mí disgusto le propuse sexo. I por suerte, ignoro  ignore, la propuesta. No es que se me acabarán las ideas, sino la paciencia. Por eso me despreocupe de seguir probándolo. Seguí andando a su lado por ver si descubría algo más sobre mí. ¡Qué sentimiento tan extraño este de ser mío! Normalmente, soy tuyo.    

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Mí Olivo.

Verde olivo.
Al tiempo imponente.
Olivo viejo.

De raíces fuertes
Umbral de vida.
Fuente de verde.

En tus dobladas ramas.
Gratificas el jornal.
Concedes aceitunas.

Para el sustento usual.
Rural de formas.
Agradecido habitual.

Tradicional balanceas,
Por el viento de poniente.
De tronco corto; mecenas.

Canosa tu flor florece,
Valedor de los humildes,
En ramitos auxiliares.

Y con tus hojas lustrosas y verdes,
Cobijas con tu sombra.
Blanquecinas por el envés.

Verde olivo. Al tiempo imponente.
Olivo viejo. De raíces fuertes
Umbral de vida. Fuente de verde.

lunes, 22 de noviembre de 2010

La sombra.

La paranoia se ha apoderado de mí. Me veo como el más atroz de mis enemigos. Mi cuerpo no es adversario feroz, tampoco mi fuerza ni mi destreza. En la pared se dibuja una sombra. Delgada y larga. Ella es quién se ha llevado la cordura que tanto añoro.  Me apena verla allí, la cordura, encarcelada en la oscuridad de la claridad. Está inmóvil, clavada en la pared, como Jesús en la cruz o como un cuadro. Aunque yo me mueva, ella, sigue allí. Ignora mis movimientos, igual que yo, la ignoraba a ella hasta ahora. Si extravío la sombra pierdo la sensatez por esto, sigo aquí estático. ¿Cómo se puede olvidar una sombra o el juicio? ¡Maldito intelecto! Todo, me parecen axiomas. Incluso, haber perdido la sombra ¿O era el juicio? Me quedo quieto. Mirándola fijamente. Intento hacerla encajar en mí, o yo en ella. Procuro hacerle recordar. ¿Cómo se hace recordar a una sombra? Sino buscando quedar bien, en su retablo. Aunque siempre había creído, que era yo el altar y ella; el retablo. Pero da tantas vueltas la vida ¡Ahhh!
Mi peor enemigo es mi pensamiento. Lo tengo claro, pero: ¿Por qué? Os lo contaré. Sólo, porque creo que es bienhechor, cándido, he incluso piadoso. Piadoso de mí mismo. Y no lo es. Es como esa sombra egoísta y ruin. Que me repudia después que yo, le enseñara mundo. O quizás fuera el juicio, después que yo, le enseñara la sana razón. Pero lo único que desconozco, es como luchar contra mi sombra. De momento, apagaré la luz.   

sábado, 20 de noviembre de 2010

Fortuna.

A veces, la diosa fortuna te sonríe y no te das cuenta. 
Ayer, andando por la calle, me crucé con un antiguo amor de juventud. De esos, que son quimera. Por su belleza y mí poca calidad de seductor lo nuestro (no compartimos ni salutaciones casi, pero qué bien suena, o sonaba) era imposible. 
Ayer, al verla, descubrí, que tiempo atrás la diosa fortuna me había sonreído. Todo lo que yo no he mejorado, ella, lo ha empeorado.        

jueves, 18 de noviembre de 2010

Crucifijo.

Siempre pienso que la culpa fue del cha cha cha. Pero la mayoría de veces, no es así. En la cruz que me cayó en la cabeza estaba Jesucristo y me la dejo echa un cristo (valga la redundancia). Me abrió la cabeza, con un tajo profundo y ancho, la ropa se mancho de sangre y casi me desmayo. Como soy ateo me tuve que buscar a alguien para echarle las culpas. Como les pasa ahora a los del PP con el súper video juego ese. Sino, lo hubiera tenido claro: ¡Dios me esta castigando!  Pero no pude hacerlo. Por eso, al ver al cura, le pregunté haber que tal le sentaban las ostias a él. Dijo; -Que bien, que nunca le habían dado una indisposición. -Pues esta te va a sentar como un tiro. Le aseguré. Con el puño cerrado, le golpeé la nariz, como el crucifijo me había golpeado a mí; con toda la mala leche. El hombre cayó noqueado. Y mientras me marchaba, le grité: - Donde las dan las toman. Y si no sabes hacer de carpintero,  pide ayuda divina, así no tendrás que pagar con tu nariz rota, las dudas de mi fe. Porqué, la verdad es, que me hizo eso pensar en que si realmente fue dios quien me había castigado por algo. Pero después de la quinta cerveza en la tasca con los amigos lo tuve claro. ¿Cómo es posible que si dios existe, el cura recibiera el castigo? –Por ser mal carpintero. Alego un amigo. Lo único claro que teníamos, es como dice Puigcercós, que Dios, nunca paga nada. Ni para bien, ni para mal. Y los clérigos, pocas veces. 

viernes, 12 de noviembre de 2010

Vivir.

Vivimos. Solo eso: vivimos. Que no es poco. Vivimos despreocupados de demasiadas cosas. Pero vivimos felicites o lo intentamos. Quizás, sea por eso. Si nos preocupáramos del sin fin de problemas que hay en el mundo, seguramente, no podríamos ni dormir. Ya no hablar, de las hinchadas de comer que nos pegamos. Vivimos dentro nuestro pequeño entorno. Los problemas del barrio y poco más. Nos prohibimos, de ver más allá. ¿Para qué? ¿Quién quiere ver lo que pasa a lo lejos?

Nos toca los cojones, a los ateos, que venga, a gastos pagados que no son pocos, el papa, jefe de uno de los estados más totalitarios del mundo, aquí, a dar a borbotones, lecciones de moralidad. Pero solo eso: nos toca los cojones. Al fin y al cabo, vivimos bien, qué más podemos desear.

Si en el Sahara, Marruecos, pasa por encima de la población igual que lo hace con las jaimas. Qué más nos da. Si trabajo tenemos nosotros con nuestros derechos. Qué más nos da si matan alguno. No nos preocupa si en el quinto el marido mata a su mujer y son los vecinos, nos preocupará ese pueblo, que regalamos o casi, a Marruecos. Si solo hubiera arena, aquí, no habría levantado la voz, ni dios. Ni Marruecos se molestaría en prohibirles la independencia. Lo que pasa que allí, en ese pueblo abandonado hay materias primas en abundancia, y por eso, ahora, todo son guerras. ¿Qué vale una vida humana?  Para mi no tiene precio, para otros nada. Será cuestión de fe. Vivir, es lo único que tenemos.    

miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿Bailas?

Grita, chilla; Chiquilla.
Baila, dispara la pelvis.
Sin permiso divino.
Escucha, sueña; es Elvis.
Somos tú y yo.
Qué nos importa el problema y la solución.
Existimos; tú y yo.
Empezamos a escribir yo de ti y tú de mí,
 lo que parece un buen guión.
Chilla, grita, baila y canta chiquilla.
Que desde este nuestro comedor,
El mundo empieza a titubearse a nuestro alrededor.
Tu eres la dueña y yo el señor.
¡Y no llores, sino es de alegría!
Que te lo prometo vida mía:
Everything's gonna be all right.
Everything's gonna be all right.
Everything's gonna be all right.
Maquillaremos el hábito,
Con el sabor de nuestro espíritu.
Costumbres irracionales, animales y salvajes.
De fieras extravagantes, como si siempre,
Fuera mañana sábado y hoy; viernes.
Noche. Pero te miro y no sé.
Si se gasta la felicidad

ADRIANA VARELA - CON LA FRENTE MARCHITA

Viejo.

Te vas dando cuenta que te haces mayor porqué ves, que la gente que gobernaba tu vida se va muriendo. Pierdes las brújulas que te ayudan en el camino y debes, empezar a tomar tú las decisiones, en demasiadas ocasiones; erróneas.
Comienzas a dar consejos, a predicar con lo que antes de joven, no hacías: No vuelvas tardé, no corras…  Las canas empiezan a invadir el pelo moreno, ganándole terreno sin piedad, peor aún si lo pierdes. El cofre de los recuerdos se llena aún siendo infinito. Y cada vez te ríes menos, o no. La vejez asoma al final de la calle y llegará, si no la atropellan a ella, o a nosotros. Por eso debemos saborear cada segundo, porqué como aquél bonito primer amor, se irá para no volver.
En el camino de la vida, me gustaría hacerme una casita, para vivir el ahora siempre, pero al final, que aburrido sería. No ver como aprende todos lo días, como me empuja hacía delante, con fuerza y empeño. Como cambia y evoluciona. Dejándome a mí como el radio; anticuado. Y lo íntimo va quedando cada vez más, en uno mismo.     

viernes, 5 de noviembre de 2010

El pan.



Esta pintura de Dalí, ¿Por qué? Porqué es real. Tiene la dificultad de la existencia. Exageradas veces erramos en la creencia que la extraversión debe ser algo transformador. Y a menudo, nada clásico. El creador, puede en casos como este, manifestar en un cuadro tan arduo en su plasmación, la imposibilitad de conseguirlo; un cualquiera. Torpes mortales. Porqué aquí, es donde quería llegar. La mayoría de la masa, somos, sólo eso: Torpes mortales. Llenos de imperfecciones y cargados de vicios maliciosos, egoístas, que nos hacen presumir a fuerza de la derivación de nuestra naturaleza, olvidando la esencia de la especie. Para demoler, arruinar, devastar, territorios sembrados con los dogmas de la humanidad.

«Y tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio
Diciendo: —Esto es mi cuerpo, que es entregado por
Vosotros. Haced esto en memoria mía»

Esto es pan. Sólo pan para algunos, algo tan vital para otros, que extrañan periódicamente. No me corresponde a mí, hacer diariamente memoria de un dios en el qué no creo, lo que si nos corresponde a todos, es, recordar que algo tan básico como el pan en muchos lugares es un lujo, del que carecen. Porqué esto, es real. Es, la dificultad de la existencia, que aun no hemos sabido remediar.    

jueves, 4 de noviembre de 2010

De una aguja de toque a una de verdugo.

De una Aguja de bitácora,
tapia que se izo con el tapial,
olvidando el cuaderno de bitácora.
De una aguja de enjalmar,
un tabique creció entre dos huecos,
ensalmadores de rotos huesos.
De un aguja astática,
sin equilibrio un panel,
pareció algo estático.
De una aguja capotera,
para una tela delicada,
descose lo cosido con olvido.
No sirve ni de aguja colchonera.
De una aguja de fogón,
para cebar el cañón,
se rompe la razón.
De una aguja gancho,
para labores de punto,
estrecho el desgarro.
De una aguja de toque,
rompe la pureza del oro,
De una aguja de verdugo. 
De una aguja de hilo, 
que perdió el hilo,
y se pudo liar.

Puntí.


Apresúrate. Que no queda tiempo,
El trabajo se nos va acumular,
Y aunque fuéramos eternos,
Nos faltaría tiempo...
 para podernos amar.





Y aunque nos fueran a registrar,
no encontrarían un segundo de más.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Las consecuencias de las confesiones. La propiedad privada y otras razones.

No creo que en España, podamos encontrar ahora mismo, a más de unos veinticinco asesinos en potencia (Porqué es noviembre). Pero esta tesis se rompe, cada año, el treinta y uno de diciembre. En la última década, no ha habido ningún año, con menos de 50 mujeres muertas en manos de su pareja. La mayoría y según sus declaraciones, utilizan, el “la mate porqué era mía”. Trágica frase de la propiedad privada. Así pues, hay en España, cada año, más de cincuenta y sesenta asesinos potenciales. Mis creencias son demasiado benévolas.  

Estoy casada, por lo civil, pero casado. Puedo asegurar, que durante mi boda y escuché atentamente, no sentí decir a quien nos caso, que esa chica con la que me iba a casar pasaba a ser de mi propiedad, ni quedara bajo mi dominio, ni nada parecido. No era un cura, pero supongo, que debía tener un poco de autoridad para poder realizar ese acto. Vaya a ser lo mismo, que mi mujer no es mía y suerte tengo que me aguante; que mis contras tengo. Esto de la propiedad privada nos ha hecho confundirnos en demasiadas ocasiones, El patio de delante de mí casa no es mío, es del pueblo. Mi mujer tampoco, tiene autonomía. Ni mi padre ni mi madre. Ni su amor. Y muchas veces el mío, tampoco me pertenece.

Si nos engañamos en tantas ocasiones en eso de la propiedad privada; en personas, territorios y riquezas, es, sin duda, porqué nos conviene e interesa hacerlo. ¿Cómo sino, después de dos años de gobierno de Obama el Tea Party, saca los resultados que ha sacado? ¿Por qué el nacionalismo crece en todas partes mientras el mundo se globaliza? ¿Y el racismo, ahora que la crisis azota a los países ricos, con los pobres ya lo hacía, vuelve como vuelven las dificultades para todos? Y las razones que nos hacen actuar de esta forma y con estas hechuras, son solo porqué en el mundo hay quien se deja gobernar más así mismo por el egoísmo que por la humanidad. Aquí y en la china.