jueves, 26 de julio de 2007

ay ay doctor.

Doctor, me encuentro fatal, no se que debe ser, quizás una mala circulación sanguínea, la tensión por las nubes, otras operaciones mal echas anteriormente, diagnostíqueme algo pero salve mi cuerpo, para poder convivir con él. Después de un exhaustivo examen por parte del doctor, pues el paciente ya lo llevaba echo. Llegó a la conclusión que tenía una obstrucción en alguna artería por una elevada circulación. Tendremos que operar, concluye. Para que si tampoco no me siento tan mal, contesta el paciente, para solucionar su problema replica el doctor, usted padece de una carga demasiado alta de sangre por algunas arterias, tendremos que hacerle un ensanchamiento de la misma para no correr riesgo de trombos, que serían parálisis cerebrales rápidamente con peores consecuencias. Pero doctor, por donde me van a abrir. Será un corte pequeño a la altura de la boca del estomago y otro más o menos por debajo de la barriga, dejará marca pero no hay elección mejor, seguidamente trabajaremos por debajo la piel. Ay doctor, no puede usted abrirme por el lado derecho o por el izquierdo, me da miedo que con todo lo que tengo por dentro usted no me haga alguna desgracia. A usted le duele el corazón, cuando hace esfuerzos, ¿verdad? Porqué cuando la sangre empieza a moverse con más ritmo queda colapsada. Si le abro por algún lado, la sangre que pasa por allí si circulará mejor pero por el medio, seguirá igual. Pero doctor, tengo yo un tatuaje, que llevo años construyendo en esa parte de mi cuerpo, que puede que se dañe hasta nuevo aviso. Usted, quiere un buen futuro o un futuro mejor, ¿no? Pues ya sabe.
Si el doctor fuera una empresa de esas, que hacen túneles, el paciente una ciudad como Barcelona, i la circulación sanguínea, fura la circulación ciudadana o de automóviles, no se yo si estos tan preocupados por la sagrada familia, lo estarían tanto si fuera un tatuaje en su barriga, o su salud la que depende de ello.

NUNCA MÁS...

Los instantes se escapan,
Esta juventud hermosa,
Huye hacía la vejez,
Y que camino arriba,
Los encuentre en la vida,
Que queden en la memoria,
Escondidos en esta historia,
Cuando pasen los años,
Los extrañe nostálgico.

Paseáis por el jardín,
Como quién sin darse cuenta,
Entre la normalidad,
No se para en pensar,
Que este tiempo no volverá,
Nunca más a pasar,
Lloro en llanto escondido,
De pensar mientras os puedo observar.

Para que empezar bien,
Si va a terminar mal.
Si no ser un infeliz,
No significa ser feliz,
Porque todo final,
Tiene que esconder una perdiz.

Una guitarra manca de cuerdas,
En canción que le falta la voz,
Un público ausente,
Una tequilla sin entradas,
Un escenario sin luz,
El cantante es mudo,
El guitarrista manco,
El publico sordo,
Vaya mierda de alboroto.

He acabado divagando,
Cuando solo os quería explicar,
Que os añoro antes de empezar,
Nuestra vejes, ay que calvario.

Nunca más estos segundos volverán,
Para hablar de vosotras paseando,
Y no se si ustedes comprenderán,
Que por eso, me quede pensando.

Hasta pronto corazones de verano.
FIRMADO; Anne igartiguru. (el de siempre versionada)

domingo, 15 de julio de 2007

LA VIDA ES MUY PERRA

Ídem, era el nombre de mi perro muerto días atrás. A diferencia de la mayoría de los hombres que padecemos de un instinto incontrolable, él lo único incontrolable que tenía era una rabia desbocada hacía el resto de la humanidad i citando un personaje celebre que más tarde nombrare se izo suya esa frase que pasará a los anales de la historia, no por la intelectualidad de quién la dijo, ni tampoco por la profundidad de la misma ni tampoco por el romanticismo, ni la literatura espectacular y seguramente tampoco por la fonética, aunque de eso no pueda opinar porqué tropiezos tengo con la propia, como para dudar de la extraña, pero confianza no me da el que la dijo, la frase sin más es; están conmigo o contra mí. La proximidad fue lo que hico que las victimas fueran los cercanos, el perro no tenía mucho recorrido, más que el jardín de mi casa y en ocasiones las calles de los alrededores, mujeres, hombres, niños no entendía de moral ni tenía moralidad alguna solo mala leche, contra todo y contra todos. Por suerte, no hubo victimas mortales del can, solo profundas heridas de unos colmillos afilados como cuchillas de afeitar. Después de el ultimo brote sicótico favorecido por un señor mayor un poco inconciente al meterse como pedro por su casa en nuestro jardín, que le condujo pocos minutos después con prisas a la clínica más cercana para cerrar unos cuantos agujeros en su cuerpo cubierto de sangre, suya, más espectacular por los efectos (parecían especiales de una peli de serie B japonesa) del cintron. Mi madre, con edad ya de dejarse querer más que de hacerse odiar, tomó la acertada decisión de hacer matar al culpable de tantos sustos con consecuencias, en nuestra urbanización. Desde entonces o puedo jurar que mi perro no ha atacado a nadie más. Pero el humo negro de la rabia hacía el resto de la humanidad, aún lo tenemos todos encima, el culpable el mismo poeta de esa frase tan emblemática que ya os he contado pocas líneas encima, potaje para todos, no estaremos tan de suerte como mis vecinos. Esperemos con paciencia, que la vida es muy perra.

domingo, 8 de julio de 2007

Fiesta.

La ambulancia llego, pero tardé,
El calcinado, ella perdía mucha sangre,
Las tres de la madrugada,
Ella murió en la calzada,
Volvían de una fiesta cualquiera,
Sus madres, aún los esperan,
Las drogas y el alcohol,
Les pusieron en las manos del descontrol,
Eran tan jóvenes para este falso mundo,
Que el futuro no les espero,
Creerían que eso era la diversión,
Pero fue su perdición,
Se ensucian la nariz,
Intentado ser más feliz,
Y la felicidad,
Es el tren hacia el futro,
No dejarlo escapar,
Por golpearte contra un muro.

Empacho.

Desde pequeño he tenido devoción por empacharme, de todo lo que me gustaba, lo primero que recuerdo fue una tarde noche, llena de deportes, en Barcelona, i sobre todo llena de cacaolat, quizás demasiados, seguro. Los saque todos, vía oral. Nunca más he tomado tantos, bebo pero con moderación. Más tarde ya de mayor fue una pancreitis derivada de unos tres quilos de castañas, las que me pusieron en alerta, ante tal comida. Y más despropósitos que no quiero recordar. Pero hay, quien no se empacha de comidas, ni de bebidas, sino de la persona con quien comparte almohada, les dejan tan llenos de malas vivencias, que no son capaces de digerirlo. Es normal que después por vía oral les manden a hacer sexo anal.