miércoles, 20 de abril de 2011

Con retraso.

Llevaba tres meses cavilando como hacerlo. No quería dejar ningún detalle al improviso. Todos lo cabos debían estar atados. Nada a la casualidad.
Se levantó temprano, se vistió elegante, desodorante, colonia, se peinó y salió por la puerta dejando el coche en el garaje. Hoy era día para andar. El sol brillaba alto, el cielo azul sin una nube, los pájaros volaban piolando de aquí para allá. La gente, parecía feliz. Él tenía un cometido, su quehacer. Siguió andando hasta salir del pueblo por la parte de arriba, prosiguió por el caminito de tierra del lado del río hasta llegar al punto exacto. Se sentó, espero que dieran las nueve, se tomó el tranquilizante y se tumbó en las vías, a esperar, que el tren le quitará le pesadumbre. Allí se durmió.
Al cabo de dos horas, despertó con las cervicales destrozadas y vivo. Volvió al pueblo, y le contaron que a las nueve, su vecino, se había arrojado al tren justo antes de entrar en la estación. Que si tenía pensado viajar hoy, tendría que dejarlo hasta mañana. Nada esencial, respondió él.               

5 comentarios:

quimeras dijo...

ja! confirmado... cuando te toca ni aunque te quites y cuando no te toca, ni aunque te pongas!

Dany dijo...

Ni el tiro del final diría el tango. Que pueblo ese.....todos se quieren ir pero muy lejos....

Muy bueno....Jou.

Abrazo

Andri Alba dijo...

Quimeras lo ha dicho tan bien que mejor me quedo con su comentario.

Y yo creo que no les queda tiempo para organizarse bien a los bisexuales de mi texto.

Gracias por haberte acercado a comentar. Un abrazo.

Jou McQueen dijo...

Quimeras: Confirmado!!! Así es.

Dany: Puede, que se quisiera hasta morir, o matar.

Andri: Igual a todo.

Un saludo a cada uno.

Malena dijo...

Nadie se muere en la víspera. Ese no era su día.