martes, 5 de abril de 2011

¡Maldito Facebook!


Uno se hace añoso y recuerda su paso por el colegio, como algo con más diversión de la que fue. Siempre, almacenamos en el recuerdo, las buenas historias. Las malas, son archivos que pocas veces, volvemos abrir.
Quien no recuerda las batas. Los partidos de futbol en el recreo. Los goles, alguna pelea, el tonto que a menudo acababa de árbitro y normalmente, golpeado por hacerlo mal, quizás a posta. Quién sabe si ahora debe ser sadomasoquista. Las copias. Los exámenes. Esa profesora jovencita, amable, guapa, que dejaba su regatera al descubierto, seguro, para distraer mi atención de la lección. Por su culpa, esa materia, la arrastré toda la vida. O la maestra vieja, qué con lo que más disfrutaba era, con los dictados, mientras se frotaba el potorro, en la esquina de su mesa. Del sueño de la primera hora. O el hambre al medio día. De la ilusión del viernes por la tarde. O la inútil clase de tutoría. De las ciencias, de los ríos, las fracciones, las mates, la gimnasia, perdón, la educación física, del mediodía. De los días de lluvia, con el paraguas y las botas de agua. Las niñas con el pelo mojado y enredado. Y las gotas en los cristales; empañados.  Los de sol, deseosos todos, de salir a correr. La extraña evolución de los pechos de las chicas. Y la curiosidad de las infinitas ganas de los pelos de joder a los chicos, empezando a brotar invariablemente por el bigote. De los amigos, como no. Y de los enemigos. Esos que con los años y  por suerte de las pocas coincidencias, casi ya no recordabas porqué eran tan opuestos a ti.
De repente, por culpa del progreso y de Mark Zuckerberg (creador de Facebook) te golpeas otra vez al abrir la página de Inicio, con las razones que ya de pequeño, te hacían diferente algún imbécil de tu clase. Y cuando antes, de chaval, algo no te parecía bien y se lo decías, teniendo incluso en algunas ocasiones que arreglarlo con las manos, lo hacías dejando de ser amigos, con alguno; para toda la vida (o casi). Ahora, en cambio, lo ignoras o dejas un comentario despectivo al respecto. Y en el modulo de “Amigos” sigue apareciendo allí, normalmente sonriendo y con la foto que a él le parece que ha salida más favorecido.
¿Por qué crecemos?  

3 comentarios:

Dany dijo...

Facebook se asemeja en algunos casos a estar sentado en un sillón viendo como pedazos de tu vida se te aparecen. La mayoría te causa los mismos sentimientos. Indiferencia, asco, alegría se intercalan en la galería de amigos.
Pero no somos los mismos. Hablamos quiza un par de veces.....como para ver que pasó y luego.....solo el retrato sonriente. Por eso yo muestro el culo.........jajajajja
Abrazo

Malena dijo...

Para lo único que sirve Facebook es para encontrarse con aquella compañera de la secundaria y constatar que ella está divina y una hecha bolsa.

Facebook y la resantísima madre de su inventor!!!!

Jou McQueen dijo...

Dany, vaya excusa para tu exhibicionismo. Jajaja.

Malena, no será tanto... Los encantos de mujer, son algo muy relativo. Odio a las divinas de la muerte.

Un saludo a los dos.