Por momentos, mí mente es capaz de ausentarse de mí cuerpo. Y es, en esos instantes, cuando observo cómo se cae muerto en una poza, donde habita un líquido viscoso y oscuro. Todo ello en silencio, en el más sepulcral mutismo. Afásico, nada, chapotea, salpicando todo de ese fluido, empapándose de esa sensación de tristeza. Transmitiéndolo al cerebro, a descargas, de una en una. Dejándolo conmocionado, en el desasosiego absoluto. Inundado de pena. En el quebranto de mí alma.
6 comentarios:
Ais Jou... me pusiste tristona...
Afásico? Demasiado desasosiego...
Jou.. te presto Cydonia... para tus momentos de desconexión...un viajecito marciano y vuelves como nuevo.
Besos alegres.
uf
absolutamente así.
excelente descripción.
besos
La próxima vez que te pase, lleva botas de agua. En medio de tanta anegación te puedes resfriar.
Encantada de conocerte,
Salomé.
Cuando logro abstraerme de mi cuerpo, siento paz. Lo pesado y triste es estar en él.
Ojala me pudiera sacar la cabeza por un rato......o remojarla. Un abrazo.
Gala: No era la intención. Era, una sensación. Gracias por Cydonia.
Un saludo.
Lila: Me alaga que me digas eso, gracias.
Un saludo.
Salomé: Así es, pero es bello autoregenerarse.
Un saludo.
Malena: Quién pudiera ir cambiando de cuerpo... cómo de camisa.
Un saludo.
Dany: ¿Serias un cuerpo sin cabeza o una cabeza sin cuerpo?
Un saludo.
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