martes, 13 de diciembre de 2011

La realidad, a menudo, es engañosa.

Recibí un mail, por error, invitándome a cenar. Sin asunto y de remitente un Nick de mujer cachonda. Cuando más avanzaba en su lectura más crecían mis ganas para asistir a esa cena.
Empezaba contando que como ya hacía tiempo que hablábamos por el chat, se sentía ilusionada por conocerme en persona (curiosa expresión). Claramente, aparte de no ser conmigo con quien esta chica se había interrelacionado yo, no percibía porqué encontraba ese encuentro físico tan relevante si no fuera, para aprovechar los cuerpos. Seguía insistiendo mucho en que la forma de ver la vida que tenía (él) le encantaba. Que le parecía un hombre sincero, romántico e incluso, un magnifico futuro padre (Caray). Yo, mientras, pensaba como ella podía haber sacado todas esas conclusiones, sólo, charlando por el chat. ¡Sin conocerle personalmente! Alucinaba en cómo alguien es capaz de enamorarse únicamente escuchando o leyendo, lo que quiere escuchar o leer. Finalizaba, citándome, el viernes a las diez, en un restaurante de una ciudad no muy lejana a la mía (lo supe porqué lo busqué en google) y, alegando que para conocernos entre la multitud, llevaría un ceñido vestido rojo. Lo de ceñido me hizo pensar que tendría, al menos, buen cuerpo. A más, un archivo adjunto que descargue con prisas, en donde se veía ella, con ropa interior tumbada en una cama, acariciándose; dejémoslo aquí. Siempre había pensado que una casualidad así, nunca pasaba y menos, a personas como yo.
Estuve dubitativo del martes hasta el viernes al mediodía. A última hora, pensando que no tenía poco que perder le contesté con una afirmación y disculpando mí retraso por una avería en la red local.  
Al entrar, ya estaba ella sentada en una mesa, para dos, sola. Me convencí de continuar con la mentira hasta donde llegara. Si eso era el amanecer, mejor. Al cabo de diez minutos, ya me tenía pillado. ¿Qué podía hacer? Seguir haciéndome el longui; al igual que cuando eres pequeño y la madre te llamaba a comer y tu estas, inmerso en cualquier cosa que no quieres dejar y vas diciendo: “Ya voy” “Ya te oído””Ahora vengo”. Hasta que entra tu madre, cansada ya, en la habitación y te pilla con las manos en la masa. No, no era ese el plan. Así que al fin, cuando la realidad empujaba, con una media sonrisa, entre cínica y amable, le dije:
-          Si yo, hubiera sido él, tú no vendrías únicamente a conocerme porque eso ya lo hace por el chat. Quiero creer que tu, lo que buscas, es un nuevo amanecer, en compañía y sintiéndote querida, adorada, amada y sobre todo satisfecha. Si quieres, yo lo intento. Si no lo logro, después del desayuno, prometo no volver a molestarte nunca más. Sin embargo, si lo consigo, te doy mi palabra que te dejaré elegir si prefieres que lo siga haciendo, un día tras otro. Y ser tu esclavo o tu amo, siempre y sólo, a partir de las once de noche. O no.  

4 comentarios:

Gala dijo...

Casualidades de la vida son a menudo demasiado provocativas, tentadoras, diria yo...

Me ha gustado mucho la tensión que le has dado al texto..pero he de recalcar ciertas cosas que me han llamado la atención...

(si no te hiciera un super comentario, no seria yo.. no crees?)

Bueno, vamos a ello...

Primero, me pregunto si en otra situación, solo con la intuición y sin foto provocativa de por medio, alguien que recibe un mail de esas características se atreveria si quiera a contestarle...
Y sobre todo, si se plantearia asistir a la cita...
Porque seamos honestos, un traje ajustado no garantiza un buen cuerpo, hoy, la gente no tiene tantos complejos, y las hay que se ponen cualquier cosa con tal de provocar.. aunque lo que provoquen sea justo el efecto contrario...

Me pregunto porqué una foto en circunstancias determinadas puede provocar ciertos instintos carnales digamos acelerados...bueno, creo que esta la puedo contestar hasta yo, somos primitivos... que le vamos a hacer, nos movemos por instinto...

Creo que se puede conocer a alguien hablando con él por el chat... obviamente conoces solo una parte, pero hay ciertas personas, con mucha memoria, y si alguien miente al final se puede pillar... obviamente hay que estar alerta, atenta, y confiar, pero solo en su término justo.
Creo que los contactos fisicos, personales, una mirada, una sonrisa a corta distancia habla más que mil palabras en un chat, pero creo ciertamente que a través del medio cibernético se puede conocer y bastante bien a alguien... solo tienes que hacerlo del modo adecuado.

Y para finalizar, creo que hiciste bien en desmentir o hacerle saber que se habia confundido y darle opciones para la elección...

Aunque eso supusiera la posibilidad de decir no.

Besos mediterráneos.


PD: yo tambien estoy... la tecnologia htc es estupenda para leer, aunque no tanto para mis comentarios... demasiado engorroso...

un abrazo grande.

Dany dijo...

Ese mail.....no fue por error al fin y al cabo. La chance está, ahora hay que demostrar lo que se dice jajaj.
Abrazo!

Jou McQueen dijo...

Gala. En los tiempos que corren sin duda que no lo garantiza. ¿Asistiría? Un curioso como yo, seguramente sí. Por qué desboca los instintos, supongo qué la imaginación ayuda mucho.
Yo, dudo mucho de que conocerse en profundidad sea verdaderamente posible. Aquí todos somos a menudo, lo que queremos ser y, las mentiras están al orden del día. Si casi ni yo mismo me conozco. Muchas veces, divago en que pensarán de mí, los que me conocen desde la proximidad. Nunca se lo pregunto.
La verdad siempre o casi por delante.
Del tema HTC, lo llevas más que bien.

Un saludo.

Jou McQueen dijo...

Dany: Tu lo dices, "al final".

Un saludo.