Joan Mateu |
Casi siempre que vuelvo de vacaciones, creo, haber dormido
mucho y descansado poco. O haber pensado, también mucho, y esclarecido, también
también, poco. Un par de libros, ratos de no hacer nada, sol, agua, prensa,
andar, correr, piscina, playa y sobre todo familia. Conversaciones cada vez más
divertidas con mi hija, cada vez más sinceras con mi mujer y cada vez más
incomprensibles, de momento y supongo, con el pequeño. Conmigo mismo, más o
menos, igual que siempre. Me sorprendo, aislado en un mundo paralelo, con el
cuerpo en este y la mirada fija en ninguno de ellos. Mientras el sol sigue tostando
mi piel, la brisa engañándolo y el tiempo, tan asesino como implacable, matando
instantes. Intentado escapar, desde la nada a ningún lugar. Hilando una treta que
únicamente es a mí a quien engaña. Quizás para desahuciar de mi mente todo lo
que pudo haber sido y no fue o, lo que fue y pudo haber sido. Paseo hasta la
mesa del comedor, agarro mi blog, y escribo…
Si quieres venir,
A bailar, conmigo,
Esta noche,
Te dejaré elegir
Escuchar, un disco
O doce.
Si quieres venir,
A bailar, conmigo,
Esta noche,
Te dejaré compartir,
La verdad, de tu cuerpo,
Sin reproches.
Si quieres venir,
Esta noche,
A bailar conmigo.
Bailaré; contigo.
Tan dulce.
3 comentarios:
Que tierna la entrada.
Me han encantado todas y cada una de tus conversaciones, con todos los miembros de tu familia, cada uno en su estilo, en su medida y en su medida.
Las vacaciones dan para mucho, si se saben aprovechar, a mi me da que a ti te sentaron bien, tienes hasta ganas de bailar...
Seguro que han sido geniales.
Me alegra tu vuelta.
Besitos mediterráneos.
que lindas vacaciones en familia :)
besos
Gala: Y bailo fatal. Un secreto… solo cuento las conversaciones agradables. También las hay de más agrias, pero para qué.
Un saludo.
Lila: Sí y qué cortas.
Un saludo.
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