martes, 11 de diciembre de 2012

La Malcasada




LA MALCASADA, Luis Alberto de Cuenca
Me dices que Juan Luis no te comprende,
que sólo piensa en sus computadoras
y que no te hace caso por las noches.
Me dices que tus hijos no te sirven,
que sólo dan problemas, que se aburren
de todo y que estás harta de aguantarlos.
Me dices que tus padres están viejos,
que se han vuelto tacaños y egoístas
y ya no eres su reina como antes.
Me dices que has cumplido los cuarenta
y que no es fácil empezar de nuevo,
que los únicos hombres con que tratas
son colegas de Juan en IBM
y no te gustan los ejecutivos.
Y yo, ¿qué es lo que pinto en esta historia?
¿Qué quieres que haga yo? ¿Que mate a alguien?
¿Que dé un golpe de estado libertario?
Te quise como un loco. No lo niego.
Pero eso fue hace mucho, cuando el mundo
era una reluciente madrugada
que no quisiste compartir conmigo.
La nostalgia es un burdo pasatiempo.
Vuelve a ser la que fuiste. Ve a un gimnasio,
píntate más, alisa tus arrugas
y ponte ropa sexy, no seas tonta,
que a lo mejor Juan Luis vuelve a mimarte,
y tus hijos se van a un campamento,
y tus padres se mueren.

2 comentarios:

Gala dijo...

Es un buen consejo, mejor que tirarlo todo por la borda casi que intente reconstruirse y ser la que era.
Luego si no funciona, las mejorias siempre quedarán, tendrá ropa sexi un cuerpo moldeado, una piel estupenda y la autoestima por las nubes...
Ya, con esos ingredientes que se lance donde le de la gana, como si alguien pudiera frenarla de comerse el mundo...
Las mujeres son un pelín sensibles si, y algo lloronas... bajan los brazos cuando se sienten agotadas, pero si consiguen retomar las riendas no hay quien las pare, y si encima se quieren... miedo dan!

Más le vale a Juan Luis volver a mirarla, porque si con la autoestima por las nubes se siente despechada, ya puede esconderse!!!

Besitos mediterráneos.

Jou McQueen dijo...

Gala: Sí, pero que no culpe al resto de la humanidad de su estado.

Un saludo.