Desayunando. Me contaba la camarera que a ella, su novio,
para decirlo suavemente, no le daba lo suficiente. No recuerdo como llegamos a
este punto de la conversación, pero la verdad es que la chica no estaba para
nada mal y eso, me hacía una difícil comprensión del por qué su novio no le
daba lo suficiente (frase que encontré de lo más correcta). También me sorprendía que me lo explicara a mí, que
únicamente nos conocíamos de pedirle un bocadillo y de servírmelo. Y como siempre
os digo, soy curioso de naturaleza.
-
¿Pero a ti que te gusta? Pregunté.
-
No sé, lo normal, supongo. Respondió.
-
¿Pues que es para ti lo normal? Intentaba aclarar yo
entre mordisco y mordisco.
-
Unos preliminares bien hechos, besitos en el cuello,
los cuerpos desnudos, quizás, una felación, galopar encima de él, que me coma
las tetas y tener un orgasmo.
-
¡O dos! exclamé. Pues a mí me gusta… Unos preliminares
bien hechos, dar besitos en el cuello, los cuerpos desnudos, sobretodo el de la
mujer, una felación, sin el quizás, que me galopen encima, comer los pechos y
que tengamos un orgasmo o dos, o tres, o un sinfín durante toda la noche. Es
muy normal lo que te gusta… supongo.
-
Pues, ni eso me da.
-
Y yo ¿Qué le puedo hacer? Pregunté esperando poder
darle solución al problema. Si tenía que sacrificarme, lo haría.
-
Lo que ya has hecho, escucharme, gracias.
-
De nada. ¿Puedo seguir comiendo?
-
Sí. Por supuesto.
Y seguí comiendo, recapacitando que quizás, a su novio no le
gustaba esa clase de normalidad y prefería, no sé…
6 comentarios:
Después de ese diálogo, yo no hubiese podido seguir comiendo tranquilo...
Saludos, Jou.
Interesante diálogo explicativo.
Me quedo viendo tu blog, me gusta lo que he leído.
Saludos.
Rob, no si tranquilo no seguí comiendo pero tenía que aparentar normalidad, supongo.
Un saludo.
María: Me alegra que te guste. Explicativo sí, productivo, no sé.
Un saludo.
Indudablemente, la chica hablaba mucho pero hacía poco.
A lo mejor, por eso el novio no le cumplía.
No sé.
Mejor que decir, es hacer.
Malena: Sin duda que sí. Si se paseara con poca ropa por casa o sin, seguramente, la cosa sería distinta. Supongo.
Un saludo.
Jajaja, no he podido evitar reir.
No te imagino engullendo ese bocadillo con total normalidad, ni a ella sirviendo cafés como si la charla no hubiera sucedido.
Pero claro, no sé, supongo que yo estas cosas no se las contaría a un desconocido a no ser que quisiera rematar.
Si solo quiero liberar el subconsciente, se lo cuento a una amiga... pero claro hay gente pa'tó.
Jou, tú debes tener algo eh?? porque te enteras de cada cosa... que debe ver la gente en ti para contarte su vida?
pero oye, tú luego transcribe que nos sacas unas buenas sonrisas.
Besitos mediterráneos.
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