Imagen de "El País" |
Rey. Rey es una palabra que suena muy arcaica. Y sin embargo, aquí, en
España, tenemos uno de nuevo, por obra y gracia vaginal. Como casi siempre. En
la imagen, un instante del besamanos. Si
obviáramos la cámara fotográfica del centro, al menos yo, no sabría decir en
que siglo está tomada. El nuevo Rey; Felipe VI, la nueva Reina; Doña Letizia, nieta
de un taxista, no todo es igual, un torero; el del parche en el ojo y una mujer
casi arrodillada haciendo el saludo protocolario. ¿Escena de 2.014? Sí.
Vamos a detallar la fotografía. El fondo, el escenario, la
decoración es todo de otra época. Dudo, que nada de ese mobiliario sea comprado
antes del 1.800. El dorado para las patas de las mesas desde la crisis no se
lleva. Los esculturas, tallas bustos, o lo que sea que se observa al fondo son
demasiado celestiales, incluso aladas, para los tiempos de incredulidad que
corren. Dios me libre. De los personajes hay: Un rey, una Reina, un torero y
una mujer con una estrella de cinco puntas tatuada en la muñeca con la que
saluda a la Reina ,
que no voy a relacionar con Adán pero sí, con la estrella Damm. Para no hacerlo
todo tan rancio. El torero, como he
comentado anteriormente es el del parche en el ojo. Ojo que perdió por el asta de
un toro, en la plaza, haciendo una faena. Debo reconocer que de las corridas de
toros lo único que me gusta es leer las crónicas. Todo lo demás lo encuentro primitivo.
El Rey va con su traje de luces y solo, al igual que la reina tan acicalada,
tiene ojos para el torero, para el matador. La señora está, pero para ellos es
como si no estuviera. Un fotógrafo por detrás toma la instantánea al mismo
momento que es tomada esta, si pudiéramos verla sería como ver esta imagen en
un espejo, veríamos la otra vertiente. Sin embargo, el resultado, seguramente
sería el mismo.
No creo en los cargos por genética. Aunque debo decir que
hoy, no encontraríamos a mi entender nadie tan preparado, tan abnegado por un
pueblo como creo será este nuevo Rey. Lo que no significa, sin duda, que
espero en vida y no llego a los cuarenta, poder ver una república.
4 comentarios:
¡Muera el rey! ¡Viva la República!
Todo muy arcaico, eso del rancio abolengo, herencia de sangre o por la gracia de dios, queda todo como muy primitivo, si.
Parece que estamos en el medievo, o bueno, tal vez no tanto que los dorados ornamentales aun no se llevaban por aquellos tiempos, daremos pues un salto menor en el tiempo, pero con todo, la imagen es tal cual la has descrito.
A mi, también me gustaría ver una república, pero me temo que no será.
Ser modificarán leyes a voluntad y todo seguirá como esta, por sucesión sanguínea.
Lo que yo no veo claro es eso de que se supone nos modernizados y con nosotros todo incluida la corona, para que todo este protocolo que huele a bolitas de alcanfor?
No les da vergüenza?
En fin... Que he vuelto. Y me alegro de leerte. Dame unos días y me actualizo en tus letras que siempre me parecen geniales. Pero eso ya lo sabes, sin protocolos ni besamanos.
Te dejo mis besos mediterráneos que son más naturales.
Guillermo: Amén.
Gala: Un inmensa alegría volverte a tener por aquí. Igual que siempre comparto tu análisis pero con un poco más de optimismo. Recibidos.
Besos para ti también.
Un saludo.
"Obra y gracia vaginal"
Clap Clap Clap.
Muerte a las monarquías, estimado Joe.
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