¡Ay, morena!
Quien pudiera,
Apresar con los dedos el vaivén
Del baile de tus caderas.
Con una armonía simple.
Acariciando las cuerdas.
¡Ay, morena!
Guitarra que nunca supe hacer sonar
Pura casualidad.
Atesoras la música guitarra,
En cada nota que al resonar
una sonrisa florecerá.
¡Ay, morena!
Quien pudiera
En cada melodía conseguir detonar
En las curvas color madera
Una explosión de mediodía.
¡Ay, morena!
Des del hueco de tu alma,
Guitarra, al aprender
A tocarte, en un equilibrio increíble
Quede el imposible revocado.
¡Ay, morena!
Quien pudiera...