lunes, 16 de febrero de 2009

Vaya pedo.

En el trabajo, estando mucho tiempo al lado de otra persona, justo en el momento en el que se te escapa un pedo (por no decir que lo dejas escapar) si el otro guarda silencio, tu, debes guardarlo también a la inversa, o no. Pero si es así, el silencio olerá muchas veces, mal. En la política pasa lo mismo, cuando alguien de entre tu propio partido la caga hay la costumbre de guardar silencio. Si alguien alza la voz exclamando vaya cagada, es callado, aunque la cagada huela mal en todo el país. Pero el sinfín del despropósito es, ver que tu partido (y los amigos del mismo) se ha estado forrando a cuesta del pueblo que te voto, y en vez de apoyar a quien hace justicia que es el juez, van contra él. O sea, esparcir ya no tu pedo, sino toda tu mierda a costa y entre la ciudadanía, y cuando el juez empieza a limpiar, querellarte porque se preocupa por hacer su trabajo. Como en Irak, o en al accidente del Yak, o los atentados de Madrid, o la asignatura de religión… si no vas con ellos, vas contra ellos (frase celebre de un gran amigo suyo). A mi, no me gusta oler los pedos de otros, sin por lo menos poder quejarme. Pero mientras haya sinvergüenzas, la vergüenza será nuestra cruz.

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