lunes, 12 de septiembre de 2011

Un can con mucha oreja.



R. Schude.
“Dos manos despliegan las orejas de Harbor, de la raza de los coonhound, que con 8 años ya tiene el récord Guinness que le acredita como el perro con las orejas más grandes del mundo hasta el momento.”

Eso nos contaba el pie de página de esta imagen. En cambio, no nos aclaraba si como pasa con el cuento de la caperucita, le servían para oír mejor con lo que implica: que obedezca más. ¿No debe ser así?

6 comentarios:

Malena dijo...

O vuela, como Dumbo. Quien sabe.

Dany dijo...

O mea como un elefante!

Gala dijo...

Que horror de perro!
Por favor! Jou... parece un murciélago...
Desde cuando no tener defectos auditivos es directamente proporcional a la obediencia?
Tú no conoces eso de a palabras necias oidos sordos?
Sus dueños, tirándole de las orejas parecen pelin necios...
así que no veo porque no tiene que hacerse el sordo... para joder un poco...

Y yastá... he dicho.
Ais, casi me olvido...

Desde el mediterráneo... besos.

Jou McQueen dijo...

Malena: EL lobo feroz da más pavor...

Dany: La verdad es que desconozco como mean los elefantes, pero con esa trompa...

Gala: Supongo que debe ser directamente proporcional desde que tenemos la fortuna (los humanos) de poder adiestrar animales para nuestro interés, no el suyo, claro esta. Quién quiere, a voluntad propia, llevar a un humano a lomos¿?
En la cuestión de hacerse el sordo, toda la razón...

Un saludo.

Pequeña Rock and Roll dijo...

Recibir ordenes no significa escuchar...

Besos Jou.

Jou McQueen dijo...

Pequeña: Efectivamente, pero cumplirlas sí es haber escuchado.

Un saludo pequeña.