En la ambigüedad de la tristeza
No puedo llorar ni debo.
Sin salir a tu encuentro.
Y en la flojedad adeudo entereza.
Besar aire vacío de sentimiento
Sin esperanza de amanecer,
Sin esperanza de desvanecer.
Una y otra vez me desmiento
Por perder todo sin haber apostado.
Apuntillado contra el suelo mal herido,
Sin reír como antes y sangrando,
Con heridas infectadas por el quebranto.
Tenemos que tragar con la ansiedad del hambre,
Estos malditos tiempos para el hombre.
Sin desfallecer en el camino,
Siempre un paso más; buen peregrino.
4 comentarios:
No podemos desfallecer.
Deberíamos reunir las fuerzas, o mantenerlas para a postar por un buen golpe final.
Algo, que les haga abrir los ojos ante tanta barbarie, ante tanta sinrazón y tanto desastre que están provocando por decisiones que son de todo menos asumibles por el pueblo real, por los trabajadores, por la gente común, los que intentamos seguir caminando en un sendero lleno de piedras enormes y matorrales que van arañándonos los pies.
Pero eso si, seguiremos caminando, hasta que nos caigamos muertos de puro cansancio.
Besos mediterráneos.
Sí Gala, leí: "No tengo fuerzas para rendirme" y así debemos hacerlo. Pero, joder, nos tienen tan estrangulados que el poco aire que respiramos casi ya, ni siquiera, consigue llegar a los pulmones.
Un saludo.
La situación está complicada. Me siento re identificado. Aquí en la Argentina se viene todo complicando pero... Qué más se puede hacer que mirar el horizonte y seguir avanzando.
Al menos hasta que el camino se eleve y nos lleve hacia cielo... o que se vaya más hacia el fondo y nos mande al infierno.
Saludos
Juan José, esperemos que la levedad se apodere de un poco de las dificultades del camino, y a su vez, sea largo, antes de hallar cielo o infierno, aunque para yo creo más en la nada.
Un saludo y bien reencontrado.
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