martes, 30 de octubre de 2012

Única salida: La venta


Carne derramada el asfalto unta.
Se halla medio muerto en el suelo.
No ha conseguido volar, nunca.
Tampoco ha muerto y jamás habrá duelo.
La caída ha sido de 3 pisos
Y aún así, sobre vive a la condena.
Sangra por distintos orificios
Su cuerpo: Execrable escena.
Tiene las piernas y brazos rotos,
Varias costillas, sabe que no es de acero,
Lesiones en las vértebras y su vida,
Pende de un hilo. Viaje celestial,
Para tan terrenal pena.  
Lo ultimo que hizo
Antes de arrojarse por la ventana,
Besar a su hijo. Testigo del momento.
Ellos, llamaban a la puerta y él,
Sabia porque era; un tormento.
Querían desahuciarlos. Ajarlos.
Expulsarlos de lo único y último,
Que les quedaba, su casa, su hogar.
Y mientras chirriaba la puerta,
Y se terminaba la espera y la esperanza,
Sin más fuerza de nada
Se lanza sin ambigüedad.
Sin asechar y acechado por una deuda,
Que es sentencia, castigo y remate;
Y si nadie lo remedia.
Una tragedia sin final. 

2 comentarios:

Gala dijo...

dios! que terrible realidad!
En que nos estamos convirtiendo? me lo pregunto porque sinceramente creo que la desesperación puede llevarnos a límites insospechados, tal vez hasta la muerte.
La impotencia, la sinrazón de los fuertes, el poder del sucio dinero, los bancos hambrientos de poder, que dejan a familias enteras en la calle por unos miserables euros, y luego, eso si, perdonan deudas a partidos políticos, condonar se llama. Pandilla de sinvergüenzas que no tienen piedad para con los débiles.
Una realidad cruel la que nos toca soportar.
Ahora, eso si, una cosa te digo... suicidarse a modo de protesta no me parece la mejor opción y menos delante de tu hijo.
Ahí si que no, aunque la desesperación ciega muchas veces y no entraré en juicios.

Si yo tuviera que hacerlo, (espero que no) si tuviera que plantearme una situación así, puestos a engañar, me mataría con el coche... así al menos mi familia cobraría el seguro.
No es muy honesto, pero tampoco lo es que me quiten toda tu vida por un montón de euros...o que me maten mientras sigo respirando, a mi, o a mi familia.

Es un drama real y cruel que desafortunadamente estamos viviendo cada día más.
Alguien debería parar esto, por favor.

Besos mediterráneos.

Jou McQueen dijo...

Gala: Por curioso que resulta para el entendimiento, únicamente los que disponen de una segunda oportunidad y las que hagan falta más, son los bancos. Esos mismos descorazonados que inundan a los juzgados con peticiones de desahucios de familias ahogadas en esta crisis creada por ellos, que no se nos olvide. Rescatados con millones de Euros del contribuyente, ese mismo que al día siguiente ni se le pregunta el por qué no puede pagar. Mientras ellos, los de arriba se siguen enriqueciendo, con sueldos vitalicios de cantidades vergonzosas a la moral. No sigo.

Un abrazo.