miércoles, 12 de diciembre de 2012

Pensar


Da igual que sea desayunando, haciendo deporte, en la comida, antes de acostarme, tomando unas cañas con los amigos, con un chico joven o con una señora mayor, al fin, siempre acaba saliendo la crisis. Igual que los trapos sucios en una discusión de pareja. Llega un momento, que se apodera de la conversación, como se ha apoderado esta ansiedad de la mayoría de nosotros. Han conseguido hacernos vivir en una angustia que nos impide dar un paso, ya sea hacía adelante, hacía detrás, hacía un lado o para salir del otro. Y hablas, exclusivamente de eso, de esa crisis que no sabes muy bien porqué nos cayó encima como un yugo, y debemos tirar del arado para labrar una tierra que no sembramos porqué esta sobre explotada. Tenemos la economía en barbecho desde que los tiburones financieros la saquearon y en seguida, culparon y condenaron a una sociedad a cargar en su conciencia el peso de salvarse a si misma. Como único camino los recortes y más recortes, con más impuestos, tratando de ver donde llega nuestra fuerza o nuestra flaqueza, soldaditos de plomo sin armas en su campo de batalla, arrastrándonos por el lodo de la supervivencia. Sin pertenecernos el futuro. Sin saber porqué nos levantamos cada mañana, inoculados por ella como una enfermedad contagiosa y con el deber de tirar el país adelante. Mientras parecemos estar hasta las narices de todo sin dar un paso firme hacía ningún lugar. Los médicos, enfermeros y demás están de manifestación en manifestación, los educadores igual, las universidades otro tanto y la cultura más si es posible, incluso los jueces piden justicia, mientras la masa seguimos acongojados por miedo a perder lo poco que nos queda y distribuidos en diferentes movimientos no hacemos la suficiente fuerza para que nada se mueva. Leí en twitter : ” Si el PSOE hubiera hecho política socialista tan de puta madre como el PP política de derechas, ahora mismo no sabríamos ni quién es Rajoy”. Pero como ya habrán notado eso no fue así, y aquí estemos, necesitados de una buena fraternidad entre todos, para cambiar el rumbo con el que nos gobiernan, no sé yo si desde la Moncloa o Berlin. Y modificar el no hay manera por una oda a la esperanza que no sea cruz para los menos afortunados en la casualidad del donde nacer. Porqué uno puedo ser patriota y pasarse a nacionalista o a la inversa, pero lo que no debe es dejar nunca de ser humanitario, de creer en el socialismo. Que se metan el Nobel de la paz por el culo los gobernantes a ver si así, entienden un poco lo que sienten sus subditos; que somos todos.

1 comentario:

Gala dijo...

Nunca hay que dejar de ser humanitario, pero estos fachorros nos están jodiendo bien.
No digo que los sociatas lo hicieran mejor, desafortunadamente se llenaron de gloria, muy a nuestro pesar, de gloria de la mala, y de esta guisa nos vemos, con estos politicuchos que hacen de lo único que nos queda un trapo con que limpiar los cristales.

Sólo queda esperar, unirnos un poco y hacer fuerza. Es lo único que queda, no callar, ni dejar que nos mangoneen más... mientras podamos, mientras los del nobel comprenden los placeres del "objeto" por el "ojete"..
Besos mediterráneos.