sábado, 15 de febrero de 2014

Veranos

No es pescado todo lo que reluce.
Tampoco dolor lo que duele.
Ni oscuridad todo lo oscuro.

Volvemos a tropezar en Saint-Tropez.
Cómo quien tropieza con una piedra.


Sin razón ni destino.  

2 comentarios:

María Sotomayor dijo...

Tengo mil veranos que tropiezan en uno solo, y duele.

Muá!

Jou McQueen dijo...

Procuro hacer una hipótesis.
A veces, el dolor es el mejor recuerdo; porqué lo que no duele ¿Quién lo recuerda?

Besos.