viernes, 8 de mayo de 2015

Vacío doloroso

Media mañana. Por suerte, me hice mayor antes que los colegas, la moda, Cristiano Ronaldo, es nombre de persona Cristiano Ronaldo ¿?, me pregunto si en vez de haber sido estrella de la mágica galaxia del futbol, ahora en huelga ¡cagaté! hubiera sido un albañil cualquiera, ese nombre tendría alguna clase de gracia. En fin.  Que me hice mayor antes que esa alineación de estrellas hicieran parecer algo normal, intentando convencerme, de las cualidades de la depilación de las cejas, entre otros tratamientos estéticos únicamente aptos para tipos con tiempo suficiente para poder mal gastarlo. A mi edad, los calvos los son ya más a causa de los años que de la genética, que también.  No tengo nada contra ellos, incluso apoyo a los que se rapan para parecer más sexys. Yo, a menudo tardo varios días en afeitarme la barba pero es por pereza.  Que la barba es otro de los iconos de moda de estos últimos tiempos. Me parece fascinante todos esos hombres que disponen de un sinfín de cremas y productos de hidratación etc., en sus baños, con unas cejas más delgadas que la mayoría de mujeres,  unos pelos más en lacados que en los ochenta, pantalones pitillo, camisetas de tirantes, y que tardan más en acicalarse que sus madres, heterosexuales y con una barba fornida con la que demostrar su virilidad. Me hice mayor.

Medio día. Enciendo la tele mientras se está haciendo la comida y está repleto de espécimen de esos que me sorprenden en un programa de televisión donde ellos son los protagonistas. Lo sigo hasta el final, intentado comprender algo. No lo consigo. El apetito es algo que no pierdo con facilidad. Hoy no comeré.

Media tarde. El hambre me mata. Me mata tanto como lo puede hacer el dolor de cabeza. Es una sensación de vació interior tan profundo que casi da miedo. La soledad profunda quizás, sea algo parecido a esto; Un vacío doloroso.  

3 comentarios:

José A. García dijo...

Hombre, que cuando el hambre ataca, no hay distracciones valederas para nada.

Suerte en la próxima comida.

J.

Gala dijo...

Espero que nunca hayas de sentir ese vacío tan oscuro, profundo y doloroso que es la soledad profunda.
La soledad consentida tiene su parte interesante, e incluso atractiva, pero siempre que lleves tú el control, la otra, la de la resignación es terrorífica.
Por cierto, creo adivinar a qué tipo de programa te refieres, y si, ciertamente quitan el apetito, pero no es más que un reflejo televisado de la realidad que nos invade.
O será que yo también me hago muy mayor y a la carrera.
Tan intenso siempre en tu genial desorden...
Besos mediterráneos.

Jou McQueen dijo...

Gala, buen verano, abrazos!