martes, 18 de agosto de 2015

Iphone99

Noche. Luz de luna. Andamos con una sombra tan tenue que parece que en cualquier momento se va a diluir en la tierra, filtrándose igual que se filtraba antaño la muerte en lo más profundo del subsuelo hasta conseguir desaparecer, eso sí, para toda la eternidad. Por qué ¿Es infinita la muerte? Y ¿acaso importa?
Podría pensar, si fuera un romántico, que morir es algo así como el ocaso. Un paso. Un tránsito asegurado. Sin embargo la parte más racional con la que a menudo me dejo sentir protegido y gobernado y no sé si protegido por ser gobernado, me susurra que es algo mucho más cruel y no me lo dice gritando para no asustarme, creyendo que si me lo introduce con la precaución de algo suave, con la menudencia de lo relativo, el miedo, será, como el vaivén de las olas de un mar tranquilo que empapa la playa sin la virulencia del temporal. Mientras, la aroma del café de media tarde vuelve a mí como vuelven los recuerdos de noches de amor desbocado sin límite. Casi eternos y eternas, cuando la juventud era un valor añadido a la fogosidad, el temperamento y al tiempo de desposesión de lo decente. Y ya duermes exhausta a mi lado.
Nos debemos a ellos. O eso me han enseñado. Así es el florecer. Así son los días que empujan los años, esos años que crean arrugas y destiñan princesas. Que consiguen hacerte creer más o nada. Y empujan con patadas despiadadas la juventud por cada uno de los poros de la piel. Y como quién cree posible retenerla cayendo en un ridículo absoluto, caemos casi todos, en el transcurrir de la descosida rutina loca y sin remordimientos.
Amanece que no es poco. Otra oportunidad para arrastrar otro día con la mejor sonrisa posible. ¿Somos capaces de ser felices únicamente con quererlo? O ¿Es la sociedad del capitalismo tan despiadada que sin un Iphone99 ni eso nos permite?   

2 comentarios:

José A. García dijo...

¿La culpa es de ese gran monstruo que se llama "el qué dirán los demás sobre nosotros" o el hecho de que nosotros permitimos que ese que dicen quienes nada saben sobre nosotros nos afecta?

¿No se puede vivir sin un ipone99 o no se puede vivir de la manera que ellos quieren imponer?

Suerte

J.

Jou McQueen dijo...

Es así José. Pero estamos tan insertados en el sistema que es casi imposible vivir fura de él.

Saludos.