miércoles, 10 de febrero de 2016

De larva a mariposa

Vivir a lo grande de los bienes gananciales gracias al color carmín, rojo pasión de unos carnosos labios, a un movimiento de pelo y cadera realmente estudiado, con una melena casi dorada y a saber susurrar en la oscuridad de algún bar en el momento oportuno. Igual que una larva en las vísceras de la razón. Un buen matrimonio por la falta de patrimonio: Eso quería. Sin saber, que la odisea para ser mariposa, puede terminar con una resaca espantosa, mal follada y abandona en algún descampado de las afueras de la ciudad; sin dinero para el taxi y unos traicioneros tacones.  

1 comentario:

José A. García dijo...

Puede ser que ese sea el final pero, antes de llegar a él, ¿quién sabe todo lo que queda por disfrutar?

Saludos,

J.