Joder, corre que llegamos tarde.
La prisa, siempre la prisa para nada. Hace tantos días que no paramos y seguimos igual. Pero joder, corre.
No hablas, hace tiempo que no escucho tu voz. Solo estas bocanadas de aire, rápidas y profundas, que tus pulmones te piden a gritos obligados. Y todo para nada.
No dejes que se apoderé de ti el cansancio, las piernas te piden reposo lo sé, ese hormigueo también lo siento yo. Sin duda, algún día descansaremos y para siempre, pero ahora no dejes de correr, que los segundos se nos escapan.
Las canas ganan terreno a mi pelo moreno, las entradas son más profundas y mis fuerzas disminuyen. Que vida es esta. Que perra y a veces que buena. Las uñas, la nariz y las orejas no dejan nunca de crecer, seguramente yo, no hubiera elegido estos miembros. Pero joder, corre que llegamos tarde. Ya se aproxima el atardecer.
Que dura, que triste, que alegre, pero estaremos preparados para el mañana. Por lo menos, sí para correr.
jueves, 22 de noviembre de 2007
lunes, 19 de noviembre de 2007
Días extraños.
Déjame escapar de mi soledad, solo. La necesito a veces tanto, como ella a mí. No llenes de preguntas este espació sin respuesta, vació de problemas, no los crees. Estos nubarrones no amenazan tormenta, solo unos días grises, fríos y nieblas no extrañas. No intentes levantarme solo estoy sentado, como el que reposa del cansancio. Pasaran lo veras, el viento se los llevara tan lejos que no los recordaremos. El silencio es mi aliado, si luchas contra él, lo haces a la vez contra mi. No rompas la armonía.
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