Como el día, aqui la vida es gris.
extraño parece todo, extraño.
pero la gente es amable y correcta en abundancia.
la miseria puebla las calles y el hambre las barrigas.
es curiso observar la otra parte del mundo desde dentro.
es bonito, verde y la vegetación inunda todo.
pero lo más curioso es que la gente parece feliz.
recuerdos a todos, se les extraña.
jueves, 31 de julio de 2008
lunes, 28 de julio de 2008
Suerte.
Conozco a la suerte, me ha acompañado desde pequeño, quizás es porqué la he tratado con amabilidad. Nací en un país, situado al sur del norte y al norte del sur. En una familia rica para los pobres y pobre para los ricos. Tengo un hermano mayor, y una pequeña. La centralidad es un estado de vivida cotidiano para mí. Puede que no conozca a la suerte personalmente pero al no conocer tampoco a su hermana opuesta, me da a mí que nos llevamos mejor con la buena que con la mala, como me pasa con todas las mujeres. Tiro hacía la izquierda, aunque a veces, parezca que llevo una vida de derechas. Me gusta vacazionar cerca, pero me voy lejos. Aprecio la juventud tanto como admiro la vejez. Y me gustan tanto la chicas rubias como las morenas. No tengo un estilo definido, como me pasa en la escritura. No me siento un progre clásico ni el clásico progre, pero si me siento clásico y progre. Creo que soy extraño y a la vez sencillo. Creo que conozco a la suerte, me ha acompañado desde pequeño, quizás es porque me ha tratado con amabilidad. Me gusta de Dylan a Serrat, con todo lo que hay entre medias y con todo lo que ello conlleva. Tengo unas ray-ban clásicas y Ihpone. Una bici nueva de carretera y una moto antigua de montaña. Soy un curioso hacia el futuro y un nostálgico del pasado. No creo en la vida eterna, ni en la reencarnación, si en la nada, mejor para mí si me equivoco. No soy racista, ni feminista, pero alguna persona de los dos grupos citados me diría que si lo soy, solo para intentar convencerme, que forma tan extraña, y si no lo lograrán me tacharían de irracional o machista. Conozco a la suerte, y por fortuna ella, también conoce a los míos.
jueves, 24 de julio de 2008
Camino errante.
Ha sido sin querer, pero los nervios han vencido mi tenacidad.
El frío entraba por debajo de la ventana, por el techo, por la puerta. Era casi tan intenso como el de fuera. Dos mantas nos echábamos al acostarnos, pero ni así lograbas sacárnoslo de los huesos. Mis hermanos como yo, tiritaban en silencio durante buena parte de la noche, hasta que mi padre llegaba una vez más a altas horas, después de trabajar. Recuerdo escucharlos reñir un día si otro también, con mi madre gritando como una gata celosa. Seguidamente mi padre nervioso, como yo hoy, entraba en la habitación y al descubrir que no dormíamos nos pegaba. No sé si el sentir dolor de que sus propios hijos pasaban frío, para no matar a mi madre o el no dejar de trabajar durante largas jornadas y no poder salir de ese lodo pegajoso que es la pobreza, llevaban a mi padre a cometer esa injusticia. Que luego intentaba remediar con llanto, y besos hacía nosotros. Y mi madre seguía allí chillando. Ahora, mayor, creo que no la mato porqué creía que el solo no nos hubiera podido dar tan solo ni de comer. Al cumplir 15 años mi hermano mayor se fue. Y no se llevo ni el frío y ni las noches eternas y crueles. Yo seguí en casa como alma apenada, creciendo de tamaño pero no como persona. Seguía la senda errante que había llevado mi padre. Hasta que con veinte años me casé y forme una familia donde el frío, he intentado dejarlo fuera sin conseguirlo. Me juré con 12 años no pegar nunca a mis hijos, hoy les he dado una paliza a los tres. Mi mujer ya no grita, ellos tampoco lloran ya. Solo me queda pegarme el tiro este que tanto anhelo.
El frío entraba por debajo de la ventana, por el techo, por la puerta. Era casi tan intenso como el de fuera. Dos mantas nos echábamos al acostarnos, pero ni así lograbas sacárnoslo de los huesos. Mis hermanos como yo, tiritaban en silencio durante buena parte de la noche, hasta que mi padre llegaba una vez más a altas horas, después de trabajar. Recuerdo escucharlos reñir un día si otro también, con mi madre gritando como una gata celosa. Seguidamente mi padre nervioso, como yo hoy, entraba en la habitación y al descubrir que no dormíamos nos pegaba. No sé si el sentir dolor de que sus propios hijos pasaban frío, para no matar a mi madre o el no dejar de trabajar durante largas jornadas y no poder salir de ese lodo pegajoso que es la pobreza, llevaban a mi padre a cometer esa injusticia. Que luego intentaba remediar con llanto, y besos hacía nosotros. Y mi madre seguía allí chillando. Ahora, mayor, creo que no la mato porqué creía que el solo no nos hubiera podido dar tan solo ni de comer. Al cumplir 15 años mi hermano mayor se fue. Y no se llevo ni el frío y ni las noches eternas y crueles. Yo seguí en casa como alma apenada, creciendo de tamaño pero no como persona. Seguía la senda errante que había llevado mi padre. Hasta que con veinte años me casé y forme una familia donde el frío, he intentado dejarlo fuera sin conseguirlo. Me juré con 12 años no pegar nunca a mis hijos, hoy les he dado una paliza a los tres. Mi mujer ya no grita, ellos tampoco lloran ya. Solo me queda pegarme el tiro este que tanto anhelo.
lunes, 21 de julio de 2008
Vos.
Que el silencio pierda brillo,
Que gane luz la palabra,
En esta oscura habitación,
Del miedo y el rencor.
No me digas adiós,
Tan solo por desamor,
El pasado pesa en el pecado,
Para poder pedir perdón,
Un error sin comprensión,
Que me acerca a la depresión,
Del distanciamiento de tu cuerpo,
Amor Amor…
Que se ha gastado,
De tanto utilizarlo,
¿Quién sabe la razón?
O mi vida no te despidas,
De todo aquello que nos unió,
Y ahora nos hundió,
Porque con el boca a boca,
Quizás consiga reanimarlo,
Cierra los ojos,
Que voy a intentarlo.
Puedes contar conmigo,
Para tu deseado destino,
Que el tiempo que pasamos juntos,
Ate nuestros nudos,
Incomprensible es este final,
Encontradme en el cielo infernal,
Pues te tengo al lado,
Y no te puedo besar,
Amiga amada,
Olvida la escapada,
Que allí donde vayas,
Me extrañaras como yo a ti,
Es un ensayo que no ensayas,
Y quieres vivir,
Pídeme si quieres la luna,
Y juro que será tuya sin duda,
No vacíes los cajones del compromiso,
Que entra el frío en el piso,
Deja tu camisón donde esta,
Porque luego,
Te lo pueda volverá quitar,
Y es que no puedo,
Arrodillarme por honor,
Aunque el dolor,
Me golpeé las rodillas,
Con tus palabras incomprendidas,
Podría llegar a odiar el ruido del silencio,
A perderme en la soledad de tu ausencia,
Parecer un incomprendido,
Busca en ti un poco de paciencia,
Que tu delirio de desamor,
Me acerca a ser un devoto,
Sin burlarme de las amarguras,
Para pedirles que me hagan unas purgas,
Y no me ayuden a olvidar,
Volveré una y mil veces a recordar,
Que mis caminos todos llevan hasta ti,
Desde que te conocí,
Si te vas tesoro,
Perderá valor el oro,
Empodrecida la hipocresía,
Locutora de tu boca,
Deja de robar tiempo al querer,
Que yo no sé el porqué,
Inconformando estando parado,
Te invito a bailar para variar,
Y luego ya veremos que va pasando,
Pero escucha mi pregón
En el que por favor te ruego,
Que no te vayas aún…
Y Chin pum.
Que gane luz la palabra,
En esta oscura habitación,
Del miedo y el rencor.
No me digas adiós,
Tan solo por desamor,
El pasado pesa en el pecado,
Para poder pedir perdón,
Un error sin comprensión,
Que me acerca a la depresión,
Del distanciamiento de tu cuerpo,
Amor Amor…
Que se ha gastado,
De tanto utilizarlo,
¿Quién sabe la razón?
O mi vida no te despidas,
De todo aquello que nos unió,
Y ahora nos hundió,
Porque con el boca a boca,
Quizás consiga reanimarlo,
Cierra los ojos,
Que voy a intentarlo.
Puedes contar conmigo,
Para tu deseado destino,
Que el tiempo que pasamos juntos,
Ate nuestros nudos,
Incomprensible es este final,
Encontradme en el cielo infernal,
Pues te tengo al lado,
Y no te puedo besar,
Amiga amada,
Olvida la escapada,
Que allí donde vayas,
Me extrañaras como yo a ti,
Es un ensayo que no ensayas,
Y quieres vivir,
Pídeme si quieres la luna,
Y juro que será tuya sin duda,
No vacíes los cajones del compromiso,
Que entra el frío en el piso,
Deja tu camisón donde esta,
Porque luego,
Te lo pueda volverá quitar,
Y es que no puedo,
Arrodillarme por honor,
Aunque el dolor,
Me golpeé las rodillas,
Con tus palabras incomprendidas,
Podría llegar a odiar el ruido del silencio,
A perderme en la soledad de tu ausencia,
Parecer un incomprendido,
Busca en ti un poco de paciencia,
Que tu delirio de desamor,
Me acerca a ser un devoto,
Sin burlarme de las amarguras,
Para pedirles que me hagan unas purgas,
Y no me ayuden a olvidar,
Volveré una y mil veces a recordar,
Que mis caminos todos llevan hasta ti,
Desde que te conocí,
Si te vas tesoro,
Perderá valor el oro,
Empodrecida la hipocresía,
Locutora de tu boca,
Deja de robar tiempo al querer,
Que yo no sé el porqué,
Inconformando estando parado,
Te invito a bailar para variar,
Y luego ya veremos que va pasando,
Pero escucha mi pregón
En el que por favor te ruego,
Que no te vayas aún…
Y Chin pum.
miércoles, 9 de julio de 2008
Gracias.
Necesito, que la digestión sea larga y dulce. Saborear en cientos de días solo uno. Que la nostalgia me ayude a recordar. Hacer un himno con todo lo que se dijo. Agradecer como no sé hacer, todo. Necesito creer, que fuisteis tan felices como lo fui yo. Que vuestras palabras, sepáis que son un tesoro, que guardo y guardaré en lo más hondo de mi corazón. Que leo y vuelvo a leer, sin cambiar en todas mis repeticiones, lo forma de brotar los sentimientos, tan auténticos, tan sinceros, tan sentimentales. Porqué la alegría ni se compra ni se vende, ni se entiende sin vosotros. La risa, se mesclaban con las lagrimas, enlazadas por la felicidad. No volveré a vivir un día así, pero puedo decir, que yo ya lo vivido y no lo olvidaré. Gracias, gracias por todo. Necesito, que la digestión sea larga y dulce.
jueves, 3 de julio de 2008
Una historia, real.
Cuando el acné aún cubría mi rostro, de pus i vergüenza. Cuando salía de mi niñez por la túnel oscuro de la adolescencia extraña, entrando perdido en la habitación de la dura juventud. Cuando las video consolas eran más importantes que las chicas, siempre incomprendidas. Cuando los amigos eran mis sombras y yo la suya, incluido durante las noches largas. Cuando peleábamos sin razón ni perdón. Cuando el coche era un sueño alcanzable ya. Cuando no crees comprender el amor, ni intención de comprenderlo. Fue cuando movido por una nueva aventura frente al televisor con los amigotes, para hacer tiempo antes de otra maldad, nos íbamos a gastar unos ahorrillos en otro video juego. Después de seguramente, hacer el burro, bromear, y elegir, fuimos religiosamente hacía la caja a pagar, pero por sorpresa, al cajero que ya conocíamos, le acompañaba, una chica alegre, bonita, mayor que yo, que levantado en mi un extraño sentimiento, pensé en silencio, tímidamente, seguramente por culpa del maldito acné; de mayor quiero una novia así. Pero termino justo en el momento de la devolución del cambio, mi sueño se esfumo, como se esfuman los sueños que no se cumplen. Misterios de la mente recordar una instante tan cuotidiano.
Después con el tiempo, encontré a mi pareja, a la LLuna. Y mientras pasaban los días de amor alocado, nos conocíamos a la misma velocidad que nos sorprendíamos. Nos explicábamos nuestras vidas, como si así nuestro lazo se fuera a unir más aún. Quizás solo era para ver si teníamos tanto en común como nos queríamos hacer creer. Mil detalles, insignificantes del pasado de ambos, frotaron en aquellas conversaciones. – yo de pequeño, con mis padres, íbamos de vacaciones a un lugar que se llama las truchas, un día te llevaré. – como has dicho, respondió ella. – Las truchas. –Ha sí, nosotros también íbamos con los míos, te imaginas que nos hubiéramos encontrado de pequeños. –No lo recordaríamos, pero es curioso. Así infinidad de días, quizás hasta hoy. Pero no sé cuando fue, ni dónde, que me explicó que ella, había trabajado en una tienda que vendían video juegos, esa que el dueño se llama Toni, me dijo. De repente, ese recuerdo de aquel instante tan cuotidiano, volvió a mi cabeza y la reconocí, no me preguntéis porqué pero guardé silencio. No se lo conté. Hoy, que pasado mañana será mi esposa. Solo quería contarlo.
Después con el tiempo, encontré a mi pareja, a la LLuna. Y mientras pasaban los días de amor alocado, nos conocíamos a la misma velocidad que nos sorprendíamos. Nos explicábamos nuestras vidas, como si así nuestro lazo se fuera a unir más aún. Quizás solo era para ver si teníamos tanto en común como nos queríamos hacer creer. Mil detalles, insignificantes del pasado de ambos, frotaron en aquellas conversaciones. – yo de pequeño, con mis padres, íbamos de vacaciones a un lugar que se llama las truchas, un día te llevaré. – como has dicho, respondió ella. – Las truchas. –Ha sí, nosotros también íbamos con los míos, te imaginas que nos hubiéramos encontrado de pequeños. –No lo recordaríamos, pero es curioso. Así infinidad de días, quizás hasta hoy. Pero no sé cuando fue, ni dónde, que me explicó que ella, había trabajado en una tienda que vendían video juegos, esa que el dueño se llama Toni, me dijo. De repente, ese recuerdo de aquel instante tan cuotidiano, volvió a mi cabeza y la reconocí, no me preguntéis porqué pero guardé silencio. No se lo conté. Hoy, que pasado mañana será mi esposa. Solo quería contarlo.
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