Eran dos las personas que recuerdo,
Quizás por perder el miedo a ganar,
Quizás por ganar el miedo a perder,
Eran dos las personas que amaba.
Ella siempre sonriente,
Él un perdido amigo de grandes rarezas,
Su sonrisa clara era todo en su vida,
Sus rarezas un enorme teatro extraño.
Cuidando de las formas delante los demás,
Fueron verdugos del juego del querer,
Rarezas que escondían todas sus formas,
Sonrisa que disimulaba a los demás sus dudas.
Por cuidar las formas el uno con el otro,
Perdieron lo que quizás nunca quisieron ganar.
Eran dos las personas que escaparon,
Quizás por no luchar la mentira entre ellos,
Quizás por tener que huir sin rumbo y con mentira,
Eran dos las personas que escaparon de ellos mismos.
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