Siquiera nada.

Parece increíble, que estando en el siglo que estamos, se juzgue virtuoso ver a un señor mayor, Rey de España, disculparse como un niño después de haber hecho una travesura. Mientras se aleja sólo y cojeando. Increíble es, en el siglo que estamos, que aún haya monarquías, soberanía vitalicia y hereditaria, en tantos países. Sin embargo y sin pensar, nos llenemos todos, la boca de justicia, igualdad, equidad, modernidad…  y mientras, miremos emocionados El Rey León. No creo en ninguna clase de realeza. No creo en la obra y gracia de Dios. No digo, que nuestro Rey, no haya realizado un buen trabajo durante todo este tiempo, incluso, opino lo contrario. Pero por otro lado, sí creo, que es algo ya caduco, arcaico, inútil, y que por agenda sólo, no se puede mantener. Acepto sus disculpas. Aunque pienso que se debería jubilar, al igual que se jubila todo el mundo a cierta edad de sus funciones, para dejar paso a la juventud. Sin embargo, en este país eso es casi imposible, estos dinosaurios, necesitan un esteroide que por lo que se ve, aún no ha impactado. Y dudo, que mi generación seamos ya no más, si no, tan valiente como lo fueron ellos, para cambiar, siquiera nada. Por qué si siguen recortando; nos quedaremos en cueros y después, trabajos tendremos en taparnos las vergüenzas.