Alberto Contador. 2.009 Por: Timm Kölln |
Sí, es cierto, únicamente los más grandes son capaces de crear
hazañas para la posteridad, como en Fuente Dé hizo y concluyó, Alberto
Contador. Ya había intentado alguna de estas aventuras anteriormente: en el
Tour del 2011 o en la Dauphiné
antes. Pero sin éxito. Sin embargo, capaz, en todas, de ilusionarnos y hacernos
levantar del sillón por la entusiasmo. La gesta conseguida ayer, tomó un grado
de dramatismo y emoción elevadísimo, un coctel, mezclado con paciencia, desde
la suspensión, pasando por sus entrenamientos en solitario o al lado de Jesús
Hernández, hasta sus infinitos ataques en su retorno. Una heroicidad como las
de antaño, donde sólo las fuerzas de cada uno mandan en el goteo de corredores
de un pelotón, destripado en mil pedazos a causa del ritmo asfixiante desde los
primeros kilómetros, con ataques, contraataques, reventándolo todo. Etapa, que seguro pasará a la historia de este deporte,
como también pasará el saber hacer de Joaquim Purito Rodríguez.
2 comentarios:
Aquí me pillas.
No me gusta el ciclismo, me produce un irresistible sopor que me hace dormir la siesta que nunca duermo.
Si, ya sé que es una falta de tacto impresionante para con esos deportistas que se juegan mucho y no sin esfuerzo, eso no lo discuto.
Reconozco que el ciclismo es un deporte bien completo, pero a mi, no me gustó nunca, así que no opino.
Diferenciar que es espectáculo y que no en algo de lo que no estoy al corriente es algo a lo que no haré. Me fío de tus reflexiones.
Besitos mediterráneos.
Hazlo Gala... pero duda siempre.
Un saludo.
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