viernes, 3 de enero de 2014

Feliz año

Dejamos atrás el 2.013 igual que se dejan atrás estaciones de trenes, amores, hojas secas o en blanco o con poco contenido. Celebramos no sé muy bien si el haber conseguido pasarlo o puede que tan solo sea estar en este 2.014 que no sabemos que nos deparará. Últimamente empujamos días igual que se empuja el estiércol. Mitad desesperados o resignados, mitad indignados y optimistas. Transcurriendo sin saber muy bien por qué por un tiempo, que como un enlace de metro, nos lleva o arrastra de un trayecto a otro, de la fiesta a  la resaca, del suelo al subsuelo o de la realidad a la existencia. Y sin embargo, saboreamos épocas pasadas como si fueran un dulce, diluyéndose garganta abajo.

Cuando la noche era la eternidad y algunos amaneceres excusas baratas para parecer un poco más mortales de lo que nuestras caras, en contra de nuestros cuerpos, querían aparentar. Ahorcando una juventud sin otoño ni invierno con elegancia o eso nos creíamos. Cobardes de mañanas muertos, cadáveres de rutina, de tristeza, por añoranza. Desvaneciéndose como el humo en el cielo estrellado. Verdugos de instantes, instantes capaces de hacerte sangrar, purgar, hallar la necesidad de revivirlos aunque sea en la memoria, mientras conduces, por una oscura carretera secundaria, rebuscando algún CD para subir el volumen y cantar gritando o gritar cantando, aunque sean unos segundos. Y creer que la velocidad con la que pasa todo es tan esperpéntica que asomarse por la ventanilla a mirar el paisaje que vamos dejando atrás, da vértigo. Y nauseas. Por no conseguir digerirlo. Igual que un yonki no digiere el mono. O un mono al yonki. Pero es que… ¡joder! ¿Qué tiene sentido?

Somos presos del tiempo. De este cabrón que nunca ha tenido misericordia por nada ni por nadie. La distancia únicamente es una coartada suya. Creo que no nos movemos;Sinceramente. Siento un verdadero desapego por quienes intentan ya derrotados antes de empezar, una batalla contra él. Por otro lado, procuro mantener un aprendizaje constante de cómo sobrellavar cada uno de sus garrotazos. A veces lo consigo.



Feliz año.             

1 comentario:

Dany dijo...

Lo mejor debería estar por venir. Sino...las cosas empiezan a carecer de sentido jaja