Soy catalán. Mi lengua materna es el català. Tan catalán
como todos, aunque sin despreciar lo español. Ayer, no fui a votar. No fui a votar por muchas razones, sin embargo
la primordial es, que para mi, era una fiesta a la que no estaba invitado. Tampoco
quería contribuir hacer feliz al presidente Mas. No creo en sus politicas.
Lo sucedido ayer, sirvió, entre otras cosas, para poder
contar el número de personas para quién el presidente y su gobierno, gobiernan.
Las otras dos terceras partes no cuentan, esos que no fuimos a votar. Parece
que nadie se acuerda ya de los recortes, o sus políticas de derechas. Únicamente
importa la independencia. Tan importante es, que pudimos ver la imagen del
abrazo entre la derechas más rancia y la izquierda más radical, de convergencia y
la cup, del presidente Mas y David Fernàndez (eso me asusta un poco). Por celebrar el triunfo de conseguir calificar a la población entre buenos y malos catalanes. Se votaba por sentimiento o por odio a la prohibición de un gobierno central extremadamente alejado de la realidad de su país. Pero se votaba a ciegas en lo objetivo. Nadie conoce verdaderamente si el día después de ser independientes seguiremos dentro de la Unión Europea
o estaremos fuera, si tendremos el Euro como moneda, cual será nuestro IVA, nuestro modelo económico,
educativo o social, y un largo etcétera
del que no se ha hablado. No ha habido más campaña para el sí que el odio hacia
el resto de España haciendo sentir que nos desprecian y nos roban,
generalizando deliberadamente y con el romanticismo de hacernos creer mejor que
el resto, más listos, trabajadores y ricos. Todo lo demás una incertidumbre
escondida. Dicen, que los del No, no han querido hacer campaña. Pero para hacer
campaña debes poder tener la posibilidad de estar dentro de un proceso que en ningún
caso han estado y no siempre, por su culpa.
Hoy, es 10 N, y la desconfianza en que esto termine bien
crece en mí al igual que la ilusión en muchos de un nuevo país. Las
consecuencias serán inevitables e incuestionables. Pues intento encontrar una
solución sana y no lo consigo. Y para nada soy extremista. Espero que no pongan
una cruz en mi casa, ya que soy del 20 % en mi pueblo que ayer no fue a votar. Espero que se dejen de echar las culpas unos a otros por intereses partidistas y empiecen a buscar unas soluciones que para nada serán fáciles.