martes, 23 de octubre de 2018

La vida me cuesta


¡Me cago en Disney y todas sus princesas! Llevo una barbaridad buscando mi príncipe azul. Des de la mañana al amanecer en todos los rincones imaginables. El puto reloj biológico ha hecho sonar la alarma tres millones de veces y los cinco minutos más, se han convertido en una eternidad que mi cuerpo ya no soporta, lo oigo incluso durmiendo. He intentado huir de él, distraerme con más gente y sola. Pero no hay manera: Un martirio.

El que no era demasiado aburrido, era demasiado alegre. El que me gustaba no le gustaba yo. El que no era capaz de demostrarlo se escondía detrás de una estúpida timidez que a nuestra edad se hace ya incomprensible. Y el que parecía maravilloso era todo mentira. Uno no quería cambiar y otro me quería hacer cambiar a mí. Si cariño, mi reina, cielo, princesa y se fue con esa del culo gordo, de las tetas caídas. Uno sucio, otro más cremas que yo. Uno increíble pero tacaño incluso para guardar las uñas de los pies. Uno demasiado guapo, otro demasiado feo.  Y el que parece normal había olvidado el romanticismo en el último bar. ¡Cuánta mediocridad! ¿Tan difícil es encontrar un compañero de viaje? ¿El príncipe?

No guardo nada y en cambio ellos, parecen racanear incluso a la hora de pagar. Bamboleo mis caderas incitando al encuentro y al final… uno. Que después de más citas de las que creía poder aguantar, de enamorarme, de proponerme que lo más parecido a un príncipe sería él. De poner en la balanza lo bueno y lo malo. De soñar que casi y con mucho trabajo, podría llegar a ser maravilloso. Le quito los pantalones y allí está, un ratoncillo. Un desengaño, un ya me has fallado, un esto no lo perdono, un con esto no puedo vivir toda una vida. Un pene pequeño e incapaz. Incapaz de ser nada más que eso, que un micro pene. Y la pregunta del millón: ¿Qué es más lisito, aguantarlo y ser adultera o volver a empezar?

¡Me cago en Disney y en todas sus escenas de amor que nunca serán de sexo!     

2 comentarios:

Boris Chicarpo dijo...

Quizá lo importante sea conformarse con la búsqueda antes que con el hallazgo, pues este supone siempre un final.

Jou McQueen dijo...

Apreciado Boris, sí, el camino. Pero que es si no un nuevo camino, un principio, encontrar a alguien con quien andar ¿?

Un abrazo.