Hay quién para ellos, la sorpresa es una mierda.
-¡Tengo una sorpresa para ti!- Le dice ella con toda su ilusión.
Mierda. Piensa él, recapacitando con todas las consecuencias si se muestra sincero.
Hay quién las sorpresas para ellos son una gran mierda. Sin embargo, los hay también, que no pueden llegar nunca a comprenderlo. Y se desesperan, enfadan y demasiadas veces entran en cólera, cada vez que con una alucinación del todo innecesaria preparan la estupidez más suprema para hacer creer, que viven unos días mágicos, una comida extraordinaria o una actividad magnifica, a sus compañeros, parejas, parientes o amigos y alguno des de la honestidad más brutal, sin querer tener que fingir un orgasmo emocional falso, no muestra el más mínimo interés por el futuro próximo que se les viene encima. Pues no se le contagia la euforia. Y claro, si le das a elegir, eligen lo que quieren o si no, hacen forzados lo que tiene que hacer. Razón por la cual, otra vez, el que quiere sorprender, se siente de nuevo, desesperado, enfado y con una cólera hacía la otra persona casi incontrolable. ¡Tú dirás, con en el trabajo que le ha costado!
Si me das a elegir. Sólo deseo, estar a tu lado. -Decía la canción-
Quizás, algún día, la sorpresa será que no hay sorpresa. Y por eso, algunos entenderán porque no les hacen nunca sorpresas a ellos y otros, que no hace falta que dediquen su tiempo a prepararles ninguna. Es una causa perdida.
No sé si las sorpresas son una mierda o no. Pero estoy seguro, que hay algunas que son una descomunal cagada.
Descansa en paz este invierno, abrigo.
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