lunes, 25 de diciembre de 2006
Tenía un vecino, que más que un perro parecía que tuviese una hiena. No de feo, sino de repelente. No cagaba nada, en todos los rincones encontrabas mierda, se cagaba siempre con todo, en todo. Estaba lleno de pulgas, las había de todas formas; peludas, viejas, tiernas, barbudas, jóvenes, pero todas sedientas de sangre. Una vez el vecino, se fue con el perro, al parque a pasar, encontraron unos chicos que hablaban catalán y el perro sin pensarlo dos veces empezó a mearse encima de ellos. Como si marcará territorio. Poco después, al volver a casa, se cruzaron con un pobre hombre, o un hombre pobre, que para más INRI era negro, y el perro se lo iba a comer hasta que el chico empezó a correr lejos, muy lejos. Otro día un pit-bull, se enfrentaba a un pastor americano, la hiena, se echo con todo a salvar al pastor, pocos días después el mismo pit-bull se enfrentaba a un mestizo, el pit-bull estaba aún mal herido y con todas las de perder, la hiena, sin razón aparente, se lanzo al cuello del mestizo. Odiaba al mestizo, yo no sabía porqué, debía ser algo del pasado. Todo lo que destrozaba, que era mucho, en seguida lo llevaba al jardín del otro vecino y, joder, que cabreo el dueño de la hiena con el perro, del vecino. Siempre vomitaba, cuando le sacaban de su territorio. Pero lo más curioso de todo es que el perro era azul con una taca blanca alargada, y ladraba más o menos así; la lala lalaralala.
La caída de los dioses, se produce después de que te enteres de que el Ratoncito Pérez no vendrá a darte dinero, mucho después de que sepas que el “Tió” un tronco de madera con ojos y boca; no cagará, después de descubrir que el apellido de los Reyes Magos es el mismo que el tuyo. La caída de los dioses, solo viene después.
Una noche de Navidad, vas a cenar con los tuyos, y descubres que tu familia no escucha, si es que lo hizo alguna vez. Que lo importante no es estar juntos, no es contar anécdotas o mejor aún hacer de nuevas. Solo importan las apariencias. Que parezca que nos llevamos bien, simular normalidad, que se vea tanta comida, la mesa tan bien preparada, todos los detalles, que bien seguimos las tradiciones. Si a nadie le hace puta gracia cantar “los peces en el río” que más da, son las tradiciones. Y si alguien quiere recordar alguna vivencia, ¡Ay! Pobre de él, deberá alzar la voz, hasta que se le hinchen las venas del cuello, porque Pepita tiene que preguntar 80 veces si alguien quiere más turrón, o esos “deliciosos” polvorones, que resecarían hasta la garganta de un pez.
Pero bueno, te dices que es una vez, que no ocurre nada, si un día lo pasas en el limbo de los dioses caídos.
Así que te despides, todavía con las venas del cuello apunto de reventar y coges dirección al oasis de tu casa, donde de momento, tu nuevo Dios, sigue en las alturas.
Una noche de Navidad, vas a cenar con los tuyos, y descubres que tu familia no escucha, si es que lo hizo alguna vez. Que lo importante no es estar juntos, no es contar anécdotas o mejor aún hacer de nuevas. Solo importan las apariencias. Que parezca que nos llevamos bien, simular normalidad, que se vea tanta comida, la mesa tan bien preparada, todos los detalles, que bien seguimos las tradiciones. Si a nadie le hace puta gracia cantar “los peces en el río” que más da, son las tradiciones. Y si alguien quiere recordar alguna vivencia, ¡Ay! Pobre de él, deberá alzar la voz, hasta que se le hinchen las venas del cuello, porque Pepita tiene que preguntar 80 veces si alguien quiere más turrón, o esos “deliciosos” polvorones, que resecarían hasta la garganta de un pez.
Pero bueno, te dices que es una vez, que no ocurre nada, si un día lo pasas en el limbo de los dioses caídos.
Así que te despides, todavía con las venas del cuello apunto de reventar y coges dirección al oasis de tu casa, donde de momento, tu nuevo Dios, sigue en las alturas.
lunes, 18 de diciembre de 2006
¿honor o deshonor?
El Partido Popular, con Mariano Rajoy al frente y con la mentira como bandera, escupe mierda, porqué solo eso les sale de la boca, sobre un proceso de paz encallado en un arenal extremadamente parecido, a unas arenas movedizas. El Partido Popular, el partido del Sr. Manuel Fraga, recordemos que tal señor tiene un cargo honorífico dentro del mismo partido, igual con el que obsequiaron al también Sr., Aznar. Cargos honoríficos, para dos personas poco honorables, uno firmaba sentencias de muerte sin demasiado prejuicio y, el otro, apoyó una guerra que aún hoy, acaba con la vida de civiles; de Irak, de América, o de China, que más da, al fin y al cabo, son vidas como las suya o como la mía. Apoyó a una guerra y a otro Señor, el Sr. Bush que rápido, se ha olvidado de él. Solo por poner algún ejemplo, la etcétera es eterna e igual de honorable. Pero dentro de este partido que todo lo critican o de este partido popular sin pluralismo, mentiroso, que podemos esperar. El Sr. Rajoy; ¿les contó a las familias del 11-M, a las del yak-42, o a los que si murieron fusilados y no olvidan, y a las que aún hoy mueren en Irak, cada día, les contó, que en vez de juzgarlos les dio cargos de honor? Me extraña como no han tenido el valor, de pedirles también, a toda esta gente, que les den las gracias a los dos y por todo, por ser tan SEÑORES. Y ahora, el Sr. Rajoy con los dos mariachis que siempre lleva al lado, dinamita a todo querer un proceso de esperanza, quizás por qué también él, quiera un lugar honorífico dentro de su partido. Que lastima les debe hacer a todos estos honorables, no poder honorar tan honorablemente como se lo merece, a su querido Sr. “Caudillo”.
lunes, 11 de diciembre de 2006
Se acabó tu tiempo.
El tiempo no existe,
Tampoco la dirección, ni el espacio,
No hay presente, ni futuro.
El pasado no es recuerdo.
Dejas de ser materia,
Quizás solo seas alma, ¿quizás?
El llanto no sirve,
No hay placeres...
Ni sitio angelical en el cielo para todos,
Tampoco Satanás nos quiere.
Los sentimientos desaparecieron,
Nos los descuidamos en la tierra,
Somos viento, nada definido,
Ni con definición.
Solo recuerdo para quien nos quería,
Amargura y carga inolvidable para ellos,
Pocos, muy pocos pasarán a la historia,
De esta masa que es la sociedad.
La muerte es cruel y fiel,
No perdona, ni descuida.
La muerte, es la nada,
Si no, que lo demuestren.
Tampoco la dirección, ni el espacio,
No hay presente, ni futuro.
El pasado no es recuerdo.
Dejas de ser materia,
Quizás solo seas alma, ¿quizás?
El llanto no sirve,
No hay placeres...
Ni sitio angelical en el cielo para todos,
Tampoco Satanás nos quiere.
Los sentimientos desaparecieron,
Nos los descuidamos en la tierra,
Somos viento, nada definido,
Ni con definición.
Solo recuerdo para quien nos quería,
Amargura y carga inolvidable para ellos,
Pocos, muy pocos pasarán a la historia,
De esta masa que es la sociedad.
La muerte es cruel y fiel,
No perdona, ni descuida.
La muerte, es la nada,
Si no, que lo demuestren.
perdon por el retraso...
Valentía tardía, de un poema no descuidado,
De un regalo extraño, de vuestro día,
Echo estaba ese día, pero pudo conmigo,
El miedo y la vergüenza.
Perdón por el retraso,
De solo cinco meses,
Va por ustedes.
Que siga la música,
Toda la noche,
Que no dejéis de bailar,
El vals del querer.
Que despertéis siempre de lado,
En la cama del mañana,
Que siga la fiesta,
Hasta la madrugada.
Que la boda no terminé,
Sin que alguien lloré,
Que los recuerdos sean bonitos,
Como serán vuestros hijos.
Que termine el noviazgo,
Para emprender matrimonio,
Que empiece el novio,
A la novia besando.
Que los relucientes anillos,
Carezcan de compromisos,
Que el amor sea sincero,
Como lo viene siendo.
Que el futuro soñado,
Al cruzar cuarenta años,
Sea el pasado.
De un regalo extraño, de vuestro día,
Echo estaba ese día, pero pudo conmigo,
El miedo y la vergüenza.
Perdón por el retraso,
De solo cinco meses,
Va por ustedes.
Que siga la música,
Toda la noche,
Que no dejéis de bailar,
El vals del querer.
Que despertéis siempre de lado,
En la cama del mañana,
Que siga la fiesta,
Hasta la madrugada.
Que la boda no terminé,
Sin que alguien lloré,
Que los recuerdos sean bonitos,
Como serán vuestros hijos.
Que termine el noviazgo,
Para emprender matrimonio,
Que empiece el novio,
A la novia besando.
Que los relucientes anillos,
Carezcan de compromisos,
Que el amor sea sincero,
Como lo viene siendo.
Que el futuro soñado,
Al cruzar cuarenta años,
Sea el pasado.
Llueve
El día es gris, los pájaros tienen miedo a volar. La lluvia me ha despertado del sueño soñado, me a levantado de la calidez de mi cama. Es tarde para el amanecer, ya anochece, siesta pegajosa. Me decido a dejar atrás el tiempo perdido, la tranquilidad del sonido, que provocan las gotas chocando contra el cristal de mi ventana, un paseo. Andar debajo de los las terrazas, correteando sin prisa.
Lo urbano, por un instante se vuelve silvestre. La gente, la masa, no provoca ríos de personas desbordando las calles, los callejones. Hay rincones de silencio, el silencio, gana espacio al ruido. La plaza, es el estadio sin partido. El parque, es un jardín sin niños, sin flores. Sigo andando, y me fijo en una abuela, que apoyando una mano en la ventana, deja perdida su cansada vista en los charcos, parece un niño descubriendo el mundo, pero ella ya esta de vuelta de todo, nostálgica. Me ve, suelta una sonrisa, y le grito hasta pronto. Un gato se esconde, y no del ratón. Los coches parecen cucarachas de luz, focos en movimiento, reflejándose en el asfalto. Las farolas, están acompañadas de una niebla, de un vapor, como si su aureola quedará al descubierto. Las pocas personas, que han seguido su rutina y, no han cogido el coche, andan entre prisas y desorganizados por el paraguas. Miedosos de mojarse los cabellos, el traje, la cartera. Los cajeros, son pensiones de mendigos, quizás lujosos hoteles. Sin paraguas, creo que ya estoy demasiado mojado para hoy. Me vuelvo a casa. El gato ya no está, debe andar buscando comida. La abuela tiene la ventana cerrada, quizás, esté cocinando algo su nieto, quizás.
Un baño de agua hirviendo, un café con leche caliente, un deseo para esta noche, que no dejé de llover.
Lo urbano, por un instante se vuelve silvestre. La gente, la masa, no provoca ríos de personas desbordando las calles, los callejones. Hay rincones de silencio, el silencio, gana espacio al ruido. La plaza, es el estadio sin partido. El parque, es un jardín sin niños, sin flores. Sigo andando, y me fijo en una abuela, que apoyando una mano en la ventana, deja perdida su cansada vista en los charcos, parece un niño descubriendo el mundo, pero ella ya esta de vuelta de todo, nostálgica. Me ve, suelta una sonrisa, y le grito hasta pronto. Un gato se esconde, y no del ratón. Los coches parecen cucarachas de luz, focos en movimiento, reflejándose en el asfalto. Las farolas, están acompañadas de una niebla, de un vapor, como si su aureola quedará al descubierto. Las pocas personas, que han seguido su rutina y, no han cogido el coche, andan entre prisas y desorganizados por el paraguas. Miedosos de mojarse los cabellos, el traje, la cartera. Los cajeros, son pensiones de mendigos, quizás lujosos hoteles. Sin paraguas, creo que ya estoy demasiado mojado para hoy. Me vuelvo a casa. El gato ya no está, debe andar buscando comida. La abuela tiene la ventana cerrada, quizás, esté cocinando algo su nieto, quizás.
Un baño de agua hirviendo, un café con leche caliente, un deseo para esta noche, que no dejé de llover.
És Normal
Passejant per Vic, un dissabte a la tarda, en mig de l’ambient de tardor que es respirava, em va semblar sentir-me un xic inferior, tot aquell munt de gent elegant, que caminava amb tant de “glamour” pels carrers estrets, de botiga en botiga comprant i gastant sense complexes. Jo, només passejava, observant la menudesa de la meva persona davant de tanta classe.Vaig parar a descansar en un banc distret amb la gent que pasava. Primer vaig quedar-me mirant una parella, jove, que agafats fins deixar-se gairebé sense respiració caminaven al mateix pas, com si volessín sobre un núvol de felicitat. Quina enveja, sana, per tant amor que desprenien. Tot seguit una senyora, entrada amb anys i carns, arregladeta del cap fins als peus: joies, brillants, un tiny esplèndit, els ulls pintats amb abundancia, roba juvenil i apretada, marcant curves o revolts llargs, en tot cas i caminant movent el cul com un balancí, quín joig i quina joya. Més tard, una barreja entre en beckham i un dandy dels setanta, s’acostava per la dreta amb una caminar de model-raper, els cabells tallats a la última, com la majoría, roba de disseny, que no coneixía, perdoneu la meva ignorància, esportives de color groc florescent i unes selles més ben definides que la majoria de paraules al diccionari, sense menys prear els diccinoaris. Mentre tant una noia que passava just pel seu davant va poder observar i notar com se la menjava amb la mirada; caraí, quin estil!vaig pensar jo. No sé si la xicoteta en questió, li farà massa cas. Ella va somriure i continuar. Segons després, a mí, no em va mirar de la mateixa forma, més aviat em va ignorar o ridicularitzar amb aquella mirada de jove, no tan jove. Cert és, que va caure el gros de nadal no fa massa temps i tots ens en hem adonat compte, de manera diferent. Als qui els hi va tocar, perquè encara són més rics i més guapos. Als que no, perquè seguim sent igual de miserables però amb més dificultat per poder comprar un habitatge. Els immigrants perquè a més de continuar sent igual de pobres, continuen igual d’immigants que abans, treballant més perquè es construeix molt, i ells son mà d’obra barata. Però en una ciutat, on les dretes han governat a l’ajuntament des de fa massa temps, i tot té un color de rosa, de salsa rosa. On els rics son, els privilagiats cara el vatlle, i, son la majoría dels vigatns de sempre, d’aquells que viuen al centre, de la burgesia típica i rància, envellida, i rejovenida amb els fills i els nets dels mateixos, de sempre. On,et miren amb aire de superioritat perquè treballes, perquè ets un treballador. Aquest ajuntament, que mira sols cap a un cantó oblidant l’altre, és normal que tingui un seguit de policies municipals, que no podíen ser menys que aquesta societat. La del tracte de favor, de quedar bé amb els rics, els pobres ja s’espabilaran, enfonsar-los més, si es possible. Aquests municipals que demanaven un augment de sou, a crits, per sentir-se treballadors menys preats. Et tracten sovint amb to de superioritat, d’arrogància, de manar a plaer, intimidant amb denunciar-te a la mínima, i més, si ets un simple treballador, que ràpid oblident. Però quan es troben amb un “Mercedes” aparcat al càrrega i descàrrega, que fàcil els hi és fer que no el veuen. I segurament, no tots són iguals, però també generalitzen alguns (que estan dins la política municipal) dient, que tots els delinquents són musulmans. Visca la incultura, Visca l’aparentar!
jueves, 7 de diciembre de 2006
vidas
Vida injusta i lujuriosa, odiosa, amorosa, perra y rutinaria. Las diferencias nos acechan a todos, pero a algunos les dan más por el culo, vida triste que comparten con la miseria, el sida, sus hijos y muchas veces sin padres. Conciencia falta a mucha gente, para comprender al inmigrante. Quizás ellos si murieran de hambre, intentarían comerse las piedras, pero quedarse en su país. Joder tan difícil es, escuchar los gritos del infierno que nosotros hemos creado. Suerte tenemos de vivir en este maravilloso primer mundo. Todo el mundo, o la mayoría parecemos ricos, no nos falta de nada, si, algo tan normal y usual como limpiarnos el culo lo hacemos con papel y ellos no tienen ni para comer, mucho menos para ducharse o limpiarse, pues de que nos quejamos, de que nos roban la faena, yo de momento no he visto ningún Negrito o Marroquí director de un banco, solo de basureros, en carnicas o de albañil. Esa faena es la que nos quitan, que padre de nuestro mundo quiere eso para su hijo. Que somos más limpios, más educados, más monogámicos, más civilizados, más que, o quizás esos, racistas, xenófobos, quieran decir mejores. ¿Vosotros guapos, ricos y civilizados, no cagaís? Es verdad, vosotros tenéis diez, veinte o treinta euros al mes de sobra, para comprar papel higiénico. ¿Vosotros es que habéis limpiado muchos culos de inmigrantes? ¿Sabéis que ellos lo llevan sucio? Meteros la lengua en el ano a ver si lo tenéis tan lipio, vosotros, como creéis.
viernes, 1 de diciembre de 2006
nuevos tiempos.
Encontré limpiando el coche un par de cintas viejas, de esas grabadas que se llevaban antes. Por suerte en la furgoneta el radio aún lleva casete y puede escucharlas, todo lo que traían no eran más que canciones viejas, como la misma. Hombres G, Héroes, Loquillo, Duncan Dhu, Radio futura y otros tantos éxitos de años atrás. Después de escucharla dos días seguidos durante el reparto rutinario diario, sin pensar, la saqué y por sorpresa, tenía de emisora los 40 principales, no pude detener la tentación de comparar ambas músicas, la actual y aquella pasada. Creo con sinceridad que el pasado fue mejor y no solo por la música. Me dio pie a pensar en otras cosas, como los dibujos animados, como comparar, bola de drac, musculator, el capità Harlock, Lupen entre otros con Doraimon, pockemon o los lunnis. También películas con menos presupuesto y menos efectos especiales, me parecen mejor que las de ahora, muchas de ellas cansinas. Por no hablar de programas de televisión, series, exceptuando un par de ellas, y telenovelas. Es esto la evolución de la humanidad, o solo la mía en particular, los años todo lo cambian y por supuesto a mí no me excluyen. Quizás todas estas antiguallas, que hoy yo echo en falta, solo son nostalgia. Pues parece que a niños de ahora, bien les gusta todo lo que les dan. La generación anterior a la nuestra, aún duerme en casa de sus padres, ya grandotes. Puede que el tiempo nos regale los años para disfrutarlos, los mayores deben pensar lo mismo, y piensan, sobre nuestras décadas, pero tenemos, sin darnos demasiada cuanta, la juventud y la fuerza para hacer de estos tiempos, nuestros tiempos. Nos toca luchar por todo aquello a que demos importancia, para cambiar y mejorar lo que podamos, para dar descanso a quién ya se lo merece, para gritar al mundo que son nuestros tiempos y lo demostraremos como hace treinta años lo demostrar ellos. Que en el día a día por el camino, avanzaremos con pie decidido, dirección y rumbo sabio, sin orillar a los mayores.
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