martes, 27 de abril de 2010

El TC.

En este país, aún, no nos hemos dado cuenta que una mano limpia la otra. Aquí, lo que pasa, es, que una, ensucia a la otra. El TC denuncia que hay una campaña de desprestigio, por lo del Estatuto catalán. Después de cuatro años, yo, lo encuentro de lo más normal. Como les puede costar tanto decidir si entra o no, dentro de constitucionalidad. Y ahora, de urgencia, redactan un nuevo fallo más duro. Si el cirujano que salvó la vida a José Tomás hubiera dudado solo, unos segundo más, quizás el torero ya estaría muerto. El Estatuto se ha ido desangrando poco a poco como la ilusión de los catalanes. Y en cuatro años ha tenido tiempo suficiente para morir ya, varias veces. Pero los que lo acabarán enterrando serán ellos, los del constitucional, con sus disputas entre conservadores y progresistas. Los mismos, que no paran el acoso al juez Garzón.

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