viernes, 6 de septiembre de 2013

Un perro como excusa


Al amanecer. Padezco el mal hábito de tener que madrugar. Un hábito del que nunca acabo de acostumbrarme. Salgo de casa cuando el rocío aún es dueño de las cabezas de la mayoría de la vegetación y de la mía. Justo en el momento en qué el día rompe la noche y la luz la oscuridad. En ese momento que casi nada ni nadie se mueve. Sin embargo, cada día, hay una chica que sube la calle con un perro enorme, peludo, de mucha baba, con cara de pocos amigos y con cuerpo de cagar más que una persona adulta. Ella, normalmente viste la parte superior de un chándal y unas mallas (ahora serían leggings) de color negro. Gafas de pasta negras y peinada, como si se hubiera intentado arreglar pero sin acabar de conseguirlo.  Mientras, a su vez, dobla la esquina un chico, con un Chihuahua blanco, pequeño, nervioso e inquieto, igual que el niño que tiene pis y no encuentra un retrete rápido. A menudo sin darse cuenta ellos, nos cruzamos los tres, pero yo no existo en su realidad. Sus miradas se clavan como se clavan las de sus perros, perros que son excusa des de hace mucho tiempo. Y las mismas ganas que tienen los chuchos en empezar un juego que no sabes nunca como acabará es la timidez que en ellos les aleja de ese mismo juego. Y con un tenue -Buen día- dejan morir una oportunidad tras otra un día tras otro. Y yo, me voy pensando, que quizás sea la mejor manera de conseguir que ella al cabo de unos años no le haya querido cambiar, ni él a ella tampoco. Pues a menudo, las particularidades que al principio les hacían tilín (siempre me ha gustado está expresión y nunca he sabido de donde viene) al pasar el tiempo les haga un tostón. Otros días, creo, que él espera (seguramente lo piense yo y no él, ¡eso seguro! Pero quiero decir que quizás él lo piensa, en fin, me estoy liando) que ella le embauca, como la cosa va de perros, a cuatro patas paraa quitarle las penas; como dice la canción. Ella, quizás piense en silencio, por esa extraña educación católica que gracias a dios se va perdiendo, que debe callar por ser él quién cree que tiene que dar el primer paso. Mientras cada amanecer las excusas o los perros únicamente acaba haciendo sus necesidades delante de mi casa, sin que transcurra más nada que un sinfín de contrabandistas sueños mudos entre ellos.


Media mañana. Recuerdo mientras desayuno las vacaciones y doy más significado a esas palabras que unos días atrás escuché en la radio, cuando un profesor de no sé qué universidad explicaba que lo importante del viaje de tus sueños y lo que lo hará maravilloso, sin duda, no es el lugar qué elegir: si no la compañía.          

4 comentarios:

Gala dijo...

Que sabio eres.
:)
La verdad es que entre excusas, complejos, manías, técnicas de seducción desfasadas, reparos, convicciones sexistas, timidez camuflada (o no), tradiciones arcaicas y sueños a cuatro patas, van pasando los días, y las ocasiones se esfuman como la ceniza de un cigarro.
A mi me parece que eres como un cupido sin flechas entre estos dos, (que los perros no cuentan)...
No sé, tal vez si vieran la peli de los 101 dálmatas, o se la ponen a sus perros para que tomen la iniciativa, igual se les ocurre plagiar la idea de las correas atadas sobre los tobillos y esta pareja que espera, y tal vez desespera, tengan alguna oportunidad.

La verdad es que te imagino con una sonrisilla mientras te cruzas con ellos y te alejas pensando en todas esas cosas profundas tan tuyas. (conste que a mi me encantan y me hacen reír)

Se me ocurre que tal vez, no se atreven a más porque en el fondo saben que mientras dure el juego de la seducción el tilín no se convertirá en tolón.
Que es lo que sucede con demasiada frecuencia.
Porque seamos sensatos, el tilín gusta, el tolón es como un puñetazo en la boca del estómago.
Ya nos contarás si algún día los ves de la mano.

Besos, mediterráneos.

Jou McQueen dijo...

Primero de todo, gracias por lo de sabio. Has engordado mi ego un poquito.
Las ocasiones se esfuman solas sí, y normalmente no vuelven.
Observo, que eres de Disney y de los clásicos. Tal vez funcione ¿Sería yo Cruella de vil?
Gala, sonrío sí, pero quizás, porqué soy más de los que se tira la piscina únicamente por ver si hay agua. Y no san tan profundas, normalmente, invenciones o distracciones, intento des de lo más necio de mí, comprender a los humanos y casi no me comprendo yo.
Seguro que es eso, lo de el tilín. Los desengaños amorosos son solo eso: desengaños.
Y sí, si algún día los veo de la mano primero, les diré: ¡Pero que habéis hecho insensatos! y luego haré un post con todo lo que puedo haber sido y por desgracia, con lo que será.

Un saludo.

Gala dijo...

Lo digo porque lo pienso. Me gustan tus reflexiones y ese modo de ver la realidad que te rodea, pero sobre todo me gusta como lo expresas.
Soy de Disney, si, he de reconocer que tengo la colección completa de los clásicos, que son los que más me gustan, para no olvidar la niña que aún tengo dentro. Aunque me veo más como Brave, que es más de la factoría Pixar que Disney.
A ti, más que como Cruella yo te veo como un pequeño Robin Hood, siempre fiel a sus principios y con un corazón importante.
Haces bien en lanzarte, las oportunidades pasan y no vuelven, es inútil intentar atar la realidad y comprenderla ni te cuento! por eso mejor intentarlo que quedarse atrás con las ganas a cuestas.
Espero que me lo cuentes si los ves, insensatos serán pero al menos por un tiempito seguro que felices.
O tal vez no... quien sabe!
Beso, mediterráneo.

Jou McQueen dijo...

Gala: Me gusta mucho eso de Robin Hood, tienes un aire Merida, es verdad, a niña rebelde y pelirroja.
Si los veo, lo diré, se merecen esta atención...

Un saludo.