miércoles, 21 de mayo de 2008

La personalidad.

La personalidad, es algo tan extraño como modificable. El ex novio de mi novia, una frase tan curiosa como la personalidad, padece el síndrome de Mohamed, pues de vez en cuando se presenta en la tienda, para saludar educadamente y explicar, como continua su relación con la familia de ella, casi haciendo parecer, que los quiere conocer más él. No tiene más explicación que desde pequeño, le han llenado tanto la cabeza de que es un buen niño, que ahora de mayor, tiene que cumplir con las obligaciones que ello conlleva. Sino, no hay explicación, para que alguien te cambie, por uno mejor, que lo soy, te lo diga sin tabú, y te dediques ha pasar el parte con estilo inglés. Os preguntareis que es el síndrome antes nombrado, pues lo mismo que les pasa a los niños extranjeros, pero con la diferencia de que la parte de la personalidad, que cambia por la insistencia, no es la bondad sino el sentimiento nacionalista. Desde pequeños, aunque nacidos aquí se les repite tanto que son marroquíes, por poner un ejemplo al azar, que nunca consigue sentirse españoles. Así pues, como al ex, los problemas de adaptación que sufren en su nueva situación quizás, no sean solo de su personalidad. No podemos culpar que no se adaptan, si somos los primeros a marcarles las diferencias. ¿Debemos modificar nuestra personalidad? El ex, seguro que si, si tiene honor, claro.

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