Poema de realidad.

Esos ojos, de llorar dejaron,
Cuando el tiempo se llevo la esperanza,
Son tanos años ya que se lo llevaron,
De noche a oscuras y con la confianza,
De que volvería,
De que solo serían,
Unas preguntas para aclara,
Que no era rojo ni quería escapar,
De una represión franquista,
Que en el pueblo se enquista,
Como un cáncer maligno,
Matando sin motivo,
Esos ojos que aún miraban atrás,
Como si quizás,
Veinte años después de su no despedida,
Lo pudiera ver llegar desde la cocina,
Y seguro ya estará desecho,
En una fosa común cualquiera,
Porqué aquellos asesinos sin corazón en el pecho,
Aprovechaban su victoria en la posguerra.
Antes madres siempre de luto,
Para hacer de sus hijos un buen futuro,
Hoy abuelas aún viudas,
De nietos socialistas,
Y en el bando franquista,
Los nietos con malacia,
No reniegan ni condenan,
Y hay algunos que aún apoyan,
Los crímenes sin humanidad,
Y llenos de crueldad,
De aquella sociedad,
Que treinta años después aún hace llorar.