miércoles, 20 de mayo de 2009

Fervoroso y fervorosos.


Los fervorosos, de cualquier devoción, presumen que dios hizo la totalidad. En la católica, que es con la que más me familiarizo (por lugar de nacimiento), y no por eso es mucho, él; todo poderoso, omnipotente, nos instalo el escenario, la tierra, en seis días, pues el séptimo descanso, que cosechado tenía lo demás. A actuar, no enseño a base de manzanas. Y a tropezar, con infinidad de pierdas en el camino, yo, aún no concibo porqué. Y sus vocales en la tierra, no nos dejan de recordar, la turbación de no ser buenos cervatillos, en nuestro sendero hacía el cementerio. Resuenan en su boca, las tinieblas infernales para toda la eternidad, quema continua para los infieles, ¡adoradores de Satanás! Consiguen, hacernos sufrir más por cuando estemos muertos, que por el paso de morir. Que sin vivir.
Y hoy, los fervorosos, estaban delante de los juzgados de Valencia. Contentos de ver declarar a su “President”. Despreocupados, por los 13.000 euros, que dicen se ha gastado en trajes. Olvidando, que no solo ese dinero había salido de sus bolsillos, sino también, todo el que el regalador alias el “Bigotes” y su banda, habían estado ahorrando (con favores del bien trajeado)con negocios más que fraudulentos, en un sin fin de tramas. Seguramente, era más que el de todos los trajes de la ejecutiva del PP, en sus últimos 20 años. Y su salvador sonriente, acompañado de Sor bárbara, se dejaba querer, como quien escucha jadear, siendo él un jadeador en cada palabra. Como no serlo, si su Padre político, Rajoy, reitera su "apoyo" y "confianza total". Y como preocuparse, por la corrupción, si no les intranquiliza lo más mínimo la muerte, de los servidores de la patria, esa que tanto alardean de ella, siempre, tan angustiados por ella. Si Trillo, no asume ninguna responsabilidad política, como va adjudicarse de cualquier otro horizonte más personal, Las victimas ya no son los muertos, sino sus familias. Y si, quien se presenta a las elecciones Europeas por su partido no condena a Franco, ni sus métodos de hacer país ¿ay, país, como te quieren tanto?, que es hasta egoísta ¡Demasiado! Tanto, que ya me han helado el corazón.
Espero, que como Federico García Lorca, Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez, o otros tantos miles, fusilados, muertos en prisiones, en casa, o en cualquier lugar, incluso en su triste exilio, anónimos y conocidos, su muerte, no sirviera solo, para mal enterrarlos. Ellos,¡Fervorosos! de una vida mejor, ya no para si mismo, sino para nosotros.

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