Sonriéndome, con mirada felina,
picara ella, mal que me pesa,
le expongo que no, con ironía.
La perra está, exhibida encima de la mesa.
Le digo que no, y no por pavor,
se relame y cree, que soy su presa.
Otro botón no, por favor,
abróchate, no te resfríes,
me conozco y conozco, mi fervor.
Estate quieta con los pies,
no observas el anillo, es de compromiso.
Me inquietas, ya lo ves.
Y no tienes mi permiso,
déjate la falda puesta,
mientras, olvido lo preciso.
Que sino, cierro la puerta esa.
Aún así, no paras quieta, al final;
Aullará, jadeará... la perra esta.
No ceso, y no me obres, experimentar mal.
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