Como el perro del señor,
Que le muerde la mano,
Sólo por rabia y sin honor.
Sedicioso se va aullando,
Con miedo en la mirada,
Y la inquina masticando.
Gozado por la rabia,
¡Maldito perro viejo!
Ensangrientas con tu ira.
Si fueras conejo,
Mis balas serian para ti,
Pero sólo eres un perro y viejo.
La rabia te posee, si,
A tu valedor exhalas,
Y es tu sarna, quien te exige acometer así.
Se te queman las alas,
¡Maldito perro viejo!
Te pirateen las velas,
La avaricia de tus vientos.
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