miércoles, 30 de noviembre de 2011

Crecer.

Uno se hace mayor y cree, sólo por eso, que ya es dueño de su vida. Eso acarrea equivocarse una y otra vez, asumiendo tus propios errores. Aunque no siempre sea así. Muchos humanos tienen la necesidad de tener a los seres queridos cerca, únicamente cuando los precisamos. El resto del tiempo, cuando somos o nos sentimos felices, pasan a ser superfluos. Extraña condición. Me asombra el cuerpo de la mujer. Creo que es algo extraordinario, único, hermoso, perfecto o casi, escultural y fascinante. Es increíble como pueden engendrar y albergar otra vida en su interior.
Pero dejando atrás, todo mi embeleso por estos prodigios, voy a referirme al equívoco en el que un amigo cae, una y otra vez. ¿Cómo es posible enamorarse siempre de una mujer análoga a la anterior? Sufriendo por los mismos vicios. ¿De verdad nuestro enamoramiento no aprende? ¿No función en él la ley de causa y efecto? Es inverosímil como con cada nueva presentación, veamos, en ellas, más de lo mismo. No voy a alargarme contando las diferentes clases de mujeres. Él, siempre elige esa chica fashion, estirada, finita, pija, mandona, sabelotodo, excesivamente elegante, con dos quilos de maquillaje y un pelo largo y teñido escandaloso, pantalones siempre apretados, gafas de sol inmensas, pañuelo, fular o lo que sea atado en el cuello, tacones de alzada, moviendo el culo más de lo cotidiano y acicaladas hasta el extremo. Para su desgracia, no es rico y, en ellas, eso es una lacra. Andan a su lado, esperando la mirada del resto de transeúntes, siempre un pasito por delante de él y diciendo: “Vamos CARI, que me esperan”. Y la frase no esconde poco: Primero una orden, luego una mote cutre (cari). Cariño, es lo que se da o lo que se siente, no lo que se es. Después el darse importancia y sólo a ella, con un egocentrismo casi celestial. Para finalizar con una mirada entre desafiadora, amorosa y dictatorial. Que no sabe uno, bien, en que posición lo deja. Si pareja, servicio, mascota o nada de eso. Y así, se va haciendo mayor, lo que no significa; crecer.       

5 comentarios:

quimeras dijo...

el humano es el único animal que se tropieza una y otra vez con la misma piedra... es lo que hay!

Cristina. dijo...

Yo creo que nos gusta una persona de perfil concreto, y eso debe de ser lo que le pasa a tu amigo. Sólo tendrá que esperar una de ese pelaje pero que además dentro, tenga algo bonito. Digo yo que alguna habrá. Y si no que recurra a la ayuda de un gurú ("Amor ciego", una peli para soltar carcajadas).

Pequeña Rock and Roll dijo...

Estoy un poco en modo pereza para comentar, pero te leo, siempre te leo y me gusta mucho lo que haces ultimamente.

Muchos besos.

M.

Jou McQueen dijo...

Quimeras: Sí. Siempre. pero como dices, es lo que hay.

Un saludo.

Cris: Alguna habrá. Esperemos.

Un saludo.

Pequeña: Gracias e igualmente.

Muchos saludos. Ja.

Gala dijo...

Pues si, los hay que por muchos años que tengan no crecen... ni emocional ni intelectual ni personalmente...

En cuanto a la prototipo de mujer... uffffff haberlas haylas, y demasiadas..
Y si, son tan estupendas que necesitan tener a alguien de quien tirar de la cuerda... para ocultar su nefasta vida, vacia de cualquier calidad humana...
Superficialidad donde las haya...
Se nota un poco que me molesta este tipo de personaje que no saben que es el amor ni que es nada?

uffffff, podría darte toda una disertación sobre la superficialidad cotidiana de este tipo de personajes, (de ambos sexos) todo sea dicho de paso... pero bueno, no lo alargaré más.. espero que escribas sobre ello..

besitos mediterráneos.