El capitalismo nos esta siendo adultero con una tal crisis. Se ha vuelto asesino despeinado, es un gran asesino globalizado. Pero como siempre en el sur hay más epidemias. Tengo gastada la cruz de Cristo de tanto rezarle, y no viene al rescate. Si me toca la lotería y me da lo mismo, por no decir igual, la crisis o esa querida inoportuna, me paso al Islam y me caso con siete mujeres. Pues creo ser amante generoso. Pero volviendo a la crisis, traerá peleas entre hermanos. Y es que, lo vascos no tiene problemas en apoyar los presupuestos del estado. Y los que tanto los quieren, algunos catalanes, no más catalanes que otros menos nacionalistas, se van a llevar una decepción ¿Aunque tan hermanos son con los extremeños creo yo? Y sin ver el fin de este romance alocado y abusador, nos recomiendan ser austeros, y yo digo; pobres forasteros. No me cabe duda, habrá una profesión que no notara los efectos de este problema, serán los curas, y es que como siempre, sabrán a quien arrimarse.
Con la crisis nos pasa como con las conversaciones. Las frases más interesantes, son las absurdas, porque en el absurdo es cuando dejamos al descubierto nuestra persona. En el absurdo de esta crisis demostramos, que no somos perfectos y nuestro sistema tampoco lo es. Si no (anuncia contradicción) como es que los americanos se están volviendo comunistas, si llevan una vida luchando contra ellos.
Así pues, las cartas están sobre la mesa y al descubierto, al capitalismo de vez en cuando le gusta querer a la crisis. Y esto pasa porque la ultima maruja con quien le ha tocado arrimarse, no ha sabido como hacerle un buen trabajo, se ve que lo suyo es destruir, como en Irak. Pero como decía un conocido (optimista), lo importante es tener salud.
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