martes, 14 de octubre de 2008

amor de ver ano.

Jadeaba demasiado para mí propensión al placer carnal. La postura era indiferente, ella seguía con sus suspiros asmático depresivos.
-Que estás cansada, pregunté yo.
-No, no, calla y sigue.
Así lo hice, pero no por mucho tiempo. Al pasar tres malas empujadas. Dije;
-He acabado ¿Qué te ha parecido?
Pregunté solo para joderla igual que me había estado jodiendo ella con tanto jadeo.
-Eres demasiado silencioso, tienes que desahogarte más. Concluyó.
Sin saber que la que me estaba ahogando entre su placer perverso era ella. Aunque tenía razón, aún no había podido desahogarme.
-No me engañes. Chilló. ¿Que no te has corrido? Preguntó al instante.
-¿Tú conoces a Dragó?
-No ¿por qué?
-Solo él y yo, podemos eyacular como si fuera inyacular. Para dentro vaya.
-¿Y qué se siente? Preguntó ella sorprendida.
-Pues, pensé yo rápidamente, tu imagina que en vez de tirar un escupitajo, te lo tragas.
-Qué asco.
-Pues eso. Espera que me está subiendo y ya llega.
-¿Qué?
Le escupí en la cara y dije;
-Que a gusto se queda uno, cuando acaba de joder.
Y me fui por donde había venido.

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