Los romanos, tenían miedo que les cayera el cielo encima. Ahora, a muchos también les da miedo, que su cielo, les caiga con todo encima. Remojaron el caviar con champán. Y como lo de antes no les vale, tienen que hacer un descenso vertiginoso, hacía una nueva forma de vivir. La crisis, benditos, quien notamos la crisis. Malditos quién se aprovecha de ella. Injustos y poco solidarios, quienes disfrutan sin conciencia de su riqueza. Pobres los pobres, que aún lo son más. El cielo, quizás no nos caiga encima, ni tampoco vayamos nosotros hacía el al morir. El cielo, seguramente seguirá allí, perpetuamente, si conseguimos tratar a la tierra igual que ella nos trata a nosotros.
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