En la portada del diario el País, venia esta imagen. No dudo de la crueldad que ha causado este terremoto. Dudo, del sensacionalismo, que yo mismo estoy utilizando. La brutalidad del poder destructivo que tiene la propia tierra en si, es bastante mayor que la posibilidad de prevención que tenemos los humanos. Demostrado está.
La tierra es para mí, quien nos da vida, y a veces, nos la quita. Otras, somos los humanos mismos, quien nos la quitamos entre nosotros. Infinita estupidez. Pero siempre el tiempo, acaba por derrocar el cuerpo. Para todos los creyentes que han muerto, en Haití y el resto del mundo; el mejor cielo. Para todos los niños que mueren a diario; el peor infierno para su Dios.
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