Tenemos que votar, el próximo 28 de Noviembre. Elecciones en Cataluña. En una Cataluña desencantada hacía a la política y sobre todo, hacía los políticos. Las mismas caras, los mismos gestos. Y las caras nuevas, traen los viejos hábitos. El presidente Montilla, declaró hace poco que los próximos años serán decisivos para nuestra comunidad. Como si los pasados no lo vinieran siendo. Quería decir que le votáramos a él (por si alguien no lo había comprendido) de una forma fina. A él, que ha llevado el catalanismo por bandera olvidando el socialismo, sistema con el cual me identifico, no obviando el catalanismo. Ahora que el palo le viene encima, intenta por todos los medios, como por ejemplo; que el ministro de trabajo español abandone su lugar con más de 4 millones de parados para salvar a la patria, volviendo los dos, al lugar, del que habían huido.
Las otras fuerzas, como CIU, con su presidenciable Artur Mas, no levantan en mí más interés que la apatía. Y sus ideas, no las comparto. ICV, me gustaría que ganar por mayoría absoluta, así su líder: Joan Herrera, comprobaría que gobernar no es tan fácil como hablar, porqué cuando habla parece que aleccione. ERC con el giro de Puigcercós, se alejan de mis creencias. Y de Silodaritat o Reagrupament, sus prisas, creo, que no son para nada buenas. Ambiciones egoístas. De Ciutadans no tengo nada que decir. Así con este panorama afrontamos en esta nación, sin serlo, las próximas elecciones.
Aún estoy, sin saber qué votaré, pero sí os digo, que ese día iré a votar. Porqué es, en los pocos momentos en que puedo ejercer mi derecho de ciudadano y opinar con ello.
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