
Lo que no entiendo yo, es porqué en esa paga tan necesitada para los yonkis, en vez de prohibirles reproducirse, no les obligan a tomarse una sobre dosis y ya matan dos pájaros de un tiro, nunca mejor dicho. Así se ahorran aún más dinerito, y limpian las calles de seres despreciables. Con lo difícil y costosos que son los centros de desintoxicación, lo duro que resulta para los voluntarios y el favor que hacen a la sociedad quizás, se llevarán algún premio Nobel. No sé cuál, pero alguno seguro.
En las imágenes retransmitidas por televisión, se podía ver a una señora obesa, repartiendo dinero a esos pobres necesitados, condicionándoles. Alegaba, a quién la criticaba; que si alguien estaba en contra de sus hechos, ese alguien, adoptara el hijo de los drogadictos. Como todos, siempre según ella, somos unos egoístas, nadie, quería esa adopción. Mentiras y difamaciones. Para no solucionar nada.
Si yo, un día, acudiera a mí imaginación maligna y creyera que no debe haber en este mundo hijo de obesos, porqué pueden sufrir del los mismos síntomas que sus progenitores, a la primera que dejaría estéril, ya os podéis suponer quien sería. En definitiva; pudiendo destruir, cualquiera crea.
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